El estilo de Rubén Darío se caracteriza por rasgos como:
- Las referencias a lo sensorial y a los sentidos a través del color, el tacto, el perfume, la luz o la musicalidad, tan importantes para él y los modernistas. Para lograr la "música" imprime gran importancia al ritmo, destacando la novedad de sus versos al usar métrica tradicional junto con otras formas hasta entonces más inusuales como versos de arte mayor, sobre todo el alejandrino (14 sílabas) para cuartetos o tercetos, normalmente conformados por endecasílabos (11 sílabas). En este aspecto, destaca también la preferencia por palabras sonoras.
- Un vocabulario refinado que presenta el exotismo: jazmines, crisantemos, magnolias...; lo aristocrático: seda, porcelana, mármol, cisne, lira, violoncelo...; lo mitológico: Afrodita, Venus, Pan, Pegaso, Orfeo, Apolo...
- En cuanto a figuras retóricas podríamos nombrar el uso de metáforas; símbolos, sobre todo el cisne, esencia del Modernismo; adjetivación sensorial, y, especialmente, la sinestesia, es decir la unión de elementos relacionados con distintos sentidos: "¡Salve al celeste sol sonoro!", "los áureos sonidos".
- En la temática de sus poemas encontramos reflexiones sobre el arte, la poesía, la religión, la política, el exotismo... destacando el erotismo que busca no solo el placer sino, como diría Ricardo Gullón: "anhelo de trascendencia en el éxtasis".
Veamos un ejemplo en el siguiente soneto: