4.3.1. Un texto de Pío Baroja
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Corrida de toros en Sepúlveda. Cuadro de J. Gutiérrez Solana Imagen el Flickr de Nacho. Licencia Creative Commons Entraron, y, dirigidos por el Carnicerín, se colocaron cada uno en su sitio. Había empezado la corrida; la plaza estaba llena. Se veían todas las gradas y tendidos ocupados por una masa negra de gente. Manuel miró al redondel; iban a matar al toro cerca de la barrera, a muy poca distancia de donde ellos estaban. El pobre animal, ya medio muerto, andaba despacio, seguido de tres o cuatro toreros y del matador, que, encorvado hacia adelante, con la muleta en una mano y la espada en la otra, marchaba tras de él. Tenía el matador un miedo horrible; se ponía enfrente del toro, tanteaba dónde le había de pinchar, y al menor movimiento de la bestia se preparaba para correr. Luego, si el toro se quedaba quieto, le daba un pinchazo; después, otro pinchazo, y el animal bajaba la cabeza y, con la lengua fuera, chorreando sangre, miraba con ojos tristes de moribundo. Tras de mucho bregar, el matador le clavó la espada más, y lo mató. Aplaudió la gente y comenzó a tocar la música. El lance le pareció bastante desagradable a Manuel; pero esperó con ansiedad. Salieron las mulillas y arrastraron al toro muerto. Al poco rato cesó la música y salió otro toro. Los picadores se quedaron cerca de las vallas, los toreros se aventuraban un poco, daban un capotazo y echaban a correr en seguida. No era aquello, ni mucho menos, lo que Manuel se figuraba; lo visto por él en los cromos de La Lidia. Él creía que los toreros, a fuerza de arte, andarían jugando con el toro, y no había nada de aquello; encomendaban su salvación a las piernas, como todo el mundo. Después de los capotazos de los toreros, dos monosabios comenzaron a golpear con unas varas al caballo de un picador, hasta hacerle avanzar al medio. Manuel vio al caballo de cerca: era blanco, grande, huesudo, con aspecto tristísimo. Los monosabios acercaron el caballo al toro. Éste, de pronto, se acercó; el picador le aplicó la punta de su lanza, el toro embistió y levantó al caballo en el aire. Cayó el jinete al suelo, y lo cogieron en seguida; el caballo trató de levantarse, con todos los intestinos sangrientos fuera, pisó sus entrañas con los cascos y, agitando las piernas, cayó convulsivamente al suelo. Manuel se levantó pálido. Un monosabio se acercó al caballo, que seguía estremeciéndose; el animal levantó la cabeza como para pedir auxilio; entonces el hombre le dio un cachetazo y lo dejó muerto. -Yo me voy. Esto es una porquería -dijo Manuel al señor Custodio; pero no era fácil salir de allí en aquel momento. -Al muchacho -dijo el trapero a su mujer- no le gusta. La Justa, que se enteró, se echó a reír. Manuel esperó la muerte del toro mirando al suelo; volvieron a salir las mulillas, y al arrastrar el caballo quedaron todos los intestinos en el suelo, y un monosabio los llevó con el rastrillo. -Mira, mira el mondongo -dijo, riendo, la Justa. Manuel, sin decir nada ni hacer caso de observaciones, salió del tendido. Bajó a unas galerías grandes, llenas de urinarios que olían mal, y anduvo buscando la puerta, sin encontrarla. Sentía rabia contra todo el mundo; contra los demás y contra él. Le pareció el espectáculo una asquerosidad repugnante y cobarde. Pío Baroja, La busca. |
Actividades de comprensión
Actividad 1
Actividad 2
Nos situamos en el texto
Actividad 3
Actividad 4
Actividad 5
Actividad 6
Imagen de autor anónimo en Wikimedia Commons |
Antes de iniciar la lectura crítica en sí del fragmento que estudiamos, convendrá situarlo dentro de la trama de la novela La busca y dentro de la producción narrativa de Pío Baroja.
Esto nos ayudará a comprender aspectos esenciales del fragmento y relacionarlos con el contexto en que fue escrito.
Analizamos el texto
Actividad 7
Vamos a comenzar, pues, el análisis del fragmento. Comenzaremos con aspectos formales (estructura, rasgos lingüísticos y de estilo, recursos) antes de adentrarnos en los temas, el enfoque y la visión del mundo que se plasma en él.
a. ¿Cuál crees que es la estructura del texto, el modo en que Baroja ha organizado su contenido? Vuelve al texto y haz tu propia reflexión.
b. ¿Has notado en los recursos literarios y de expresión del texto algunos rasgos propios de la narrativa de Baroja? Seguro que sí.
c. ¿Te parece esta una narración realista?
Interpretamos el texto (lectura crítica)
Actividad 8
Imagen en Pixabay de Miriams-Fotos |
Ha llegado el momento de hacer una lectura crítica del contenido del texto y analizar los temas y su enfoque en relación con las ideas y la visión del mundo de su autor. Antes de pulsar sobre el botón de las respuestas, recuerda siempre lo que has leído.
¡Vamos a ello!
a. ¿Qué visión del mundo ofrece este fragmento?
b. Cerramos el ciclo y volvemos al principio, pero ya con más conocimiento de causa: ¿cómo se relacionan la forma y el contenido del fragmento que has leído con el movimiento o corriente literaria a la que perteneció?