Usamos, por lo tanto, las interjecciones para expresar sentimientos de alegría, enfado, tristeza, dolor, asombro...
Su número es ilimitado en las lenguas, puesto que varían a lo largo del tiempo. Algunas desaparecen; nacen otras. Se emplean interjecciones distintas en los distintos niveles del lenguaje. ¿Verdad que te resultaría extraño oír decir a un joven rapero una expresión como "¡jolines!"? Ejemplos de interjecciones frecuentes en castellano son: ah, oh, eh, buff, bah, caramba...
Pero se incluyen también en ellas los tacos y expresiones malsonantes. Mira ahora esta presentación en la que, con extraordinario sentido del humor, Arturo Pérez Reverte nos habla de los múltiples significados de la palabra "cojones"; entre ellos, su uso como interjección.