Definición y reconocimiento de las subordinadas adverbiales
Las subordinadas son un tipo de oraciones compuestas. Recordemos que las oraciones compuestas tienen dos o más verbos y, por tanto, dos o más oraciones integradas en ellas a las que llamamos proposiciones. Aparecen unas dentro de otras, como las muñecas rusas llamadas matrioskas.
En anteriores apartados hemos estudiado las subordinadas sustantivas y adjetivas. Las funciones desempeñadas por estos dos tipos de subordinadas son las de complemento del núcleo de sintagmas no verbales (complementos del nombre y término de la preposición de los sintagmas preposicionales que conforman los complementos nominales, adjetivales y adverbiales), así como aquellos complementos del verbo que llamamos argumentos. Es decir, los elementos que cumplen con los papeles semánticos exigidos por el significado del verbo, incluido el sujeto, el complemento directo, indirecto, régimen y agente.
Las oraciones subordinadas adverbiales, sin embargo, desempeñan la función de complementos que aportan información extra sobre las circunstancias, condiciones, causas, efectos, etc. de la acción del verbo y no desempeñan ningún papel que resulte esencial para su estructura semántica. Es decir, las oraciones subordinadas adverbiales nunca desempeñan funciones de argumentos o papeles semánticos exigidos por el verbo.
Las más sencillas de comprender, identificar y analizar son aquellas que aparecen como complemento circunstancial. Observa la oración compuesta del bocadillo de la imagen arriba:
- Haréis... (verbo principal)
... lo que yo quiera, ... (oración subordinada adjetiva sustantivada de complemento directo)
... cuando yo quiera, ... (oración subordinada adverbial de complemento circunstancial de tiempo)
... como yo quiera, ... (oración subordinada adverbial de complemento circunstancial de modo)
... y donde yo quiera. (oración subordinada adverbial de complemento circunstancial de lugar)
En los ejemplos de arriba observamos tres oraciones subordinadas adverbiales de complemento circunstancial de tiempo, modo y lugar respectivamente. Lo podemos comprobar fácilmente porque pueden ser sustituidos por adverbios:
-Haréis lo que yo quiera, ahora, así y aquí.
Estos tres tipos, que reconocemos fácilmente sustituyéndolas por adverbios, se llaman oraciones subordinadas adverbiales propias. Son típicas las que hacemos con gerundios y participios:
- Vino corriendo, trabaja cantando, duerme roncando... → El gerundio funciona como una subordinada adverbial de complemento circunstancial de modo.
- Muerto el perro, se acabó la rabia; terminada la faena, nos fuimos a casa; cansados de esperar, decidimos volver solos... → Usamos este tipo de participios como circunstanciales de tiempo o causa.
Sin embargo, las oraciones subordinadas adverbiales no se limitan a la función de complemento circunstancial ni a aquellas que pueden ser sustituidas por adverbios. Como ya hemos mencionado, son capaces de agregar todo tipo de información extra (no argumental) sobre la acción del verbo principal. En los siguientes ejemplos vemos todo lo que pueden aportar estas subordinadas, además de complemento circunstancial de tiempo, modo y lugar:
- La causa que provoca la acción: Hemos cancelado la fiesta porque llovía.
- Una condición para que la acción suceda: Si llueve, llevamos el paraguas.
- Un obstáculo que no impide la acción, por lo que supone una concesión: Daremos un paseo aunque llueva.
- Una consecuencia de la acción: ¡Cayó tanta lluvia que nos quedamos atrapados!
- Una comparación: En Valencia llovió más que en Galicia [llovió].
En los ejemplos anteriores hemos visto oraciones subordinadas adverbiales impropias, es decir, que no podemos sustituir por adverbios. En el siguiente apartado veremos con detenimiento cada uno de los tipos de subordinadas adverbiales propias e impropias, pero antes aprovecharemos los ejemplos anteriores para observar aspectos sintácticos de la subordinación que siempre conviene recordar.
A continuación, repara en cómo, en las oraciones compuestas con subordinación, la oración del verbo principal siempre puede existir sola (prescindiendo la la subordinada), mientras que la subordinada no es un enunciado aceptable si la separamos de la principal:
Oraciones aceptables:
- Hemos cancelado la fiesta.
- Llevamos el paraguas.
- Daremos un paseo.
- ¡Cayó tanta lluvia!
- En Valencia llovió más.
Oraciones inaceptables:
- *Porque llovía.
- *Si llueve.
- *Aunque llueva.
- *que nos quedamos atrapados!
- *que en Galicia [llovió].
Observa también cómo en las oraciones compuestas por subordinación adverbial toda la información argumental exigida por el verbo se encuentra en la oración principal y no en la subordinada. La subordinada solo agregará información extra sobre circunstancias, condiciones, causas, consecuencias, etc.
- Oración principal: contiene todos los argumentos exigidos por el significado del verbo.
- Hemos cancelado la fiesta → Cancelar: nos exige un sujeto (omitido: nosotros) y un complemento directo (la fiesta).
- Llevamos el paraguas → Llevar: nos exige un sujeto (omitido: nosotros) y un complemento directo (el paraguas).
- Daremos un paseo → Dar: nos exige un sujeto (omitido: nosotros) y un complemento directo (un paseo).
- ¡Cayó tanta lluvia! → Caer: es intransitivo, por lo que solo nos exige un sujeto (tanta lluvia).
- En Valencia llovió más → Llover: es impersonal e intransitivo (verbo meteorológico), por lo que no exige ningún argumento ("En Valencia" y "más" son complementos circunstanciales, no argumentos semánticos).
- Oración subordinada: contiene información extra sobre las circunstancias, causas, condiciones, etc., de la acción principal.
- *Porque llovía → Expresa la causa de cancelar [la fiesta], no su sujeto ni su complemento directo.
- *Si llueve → Expresa la condición de llevar [un paraguas], no su sujeto ni su complemento directo.
- *Aunque llueva → Expresa la concesión (el obstáculo) para dar [un paseo], no su sujeto ni su complemento directo.
- *Que nos quedamos atrapados! → Expresa la consecuencia de caer [tanta lluvia], no su sujeto.
- *Que en Galicia [llovió] → Expresa la cantidad comparada de llover [más] de un verbo impersonal e intransitivo.