El texto literario es un proceso comunicativo. Desde el punto de vista de la Teoría de la Comunicación, el discurso literario introduce en el acto comunicativo lingüístico una serie de peculiaridades, tales como:
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- Un emisor creativo con voluntad de estilo.
- Un receptor general y en un contexto no compartido. Es una recepción diferida (transcurre tiempo, a veces siglos, entre que la obra se escribe y el lector la lee) y unidireccional (el lector no puede responder al autor).
- Un mensaje capaz de generar otro proceso comunicativo a través de personajes y la relación entre ellos.
- Un canal específico: el libro.
- Un código connotado culturalmente en un mensaje estético que busca perdurar en el tiempo.
Te resumimos las características específicas que presentan los elementos de la comunicación.
Evidentemente, cada elemento adecúa su función al hecho literario. Por ejemplo, el emisor cumple ante todo una función expresiva, el mensaje se aleja de la denotación y la función referencial por su carácter ficticio, el receptor ha de decodificar el contenido conociendo claves del autor, la época histórica... Todo ello se debe a la función central del texto literario, la que denominamos función poética, que es la pretende crear belleza usando el lenguaje. Es la función principal en poemas, novelas, obras de teatro y canciones.