ZAPO: Bueno, ¿y qué hacemos ahora con el prisionero?
Sra. TEPÁN: Lo podemos invitar a comer. ¿Te parece?
Sr. TEPÁN: Por mí no hay inconveniente.
ZAPO (a ZEPO): ¿Qué? ¿Quiere comer con nosotros?
ZEPO: Pues...
Sr. TEPÁN: Hemos traído un buen tintorro.
ZEPO: Si es así, bueno.
Sr. TEPÁN: Usted haga como si estuviera en casa. Pídanos lo que quiera.
ZEPO: Bueno.
Sr. TEPÁN: ¿Qué? ¿Y usted, ha matado a muchos?
ZEPO: ¿Cuándo?
Sr. TEPÁN: Pues estos días.
ZEPO: ¿Dónde?
Sr. TEPÁN: Pues en esto de la guerra.
ZEPO: No mucho. He matado poco. Casi nada.
Sr. TEPÁN: ¿Qué es lo que ha matado más, caballos enemigos o soldados?
ZEPO: No, caballos no. No hay caballos.
Sr. TEPÁN: ¿Y soldados?
ZEPO: A lo mejor.
Sr. TEPÁN: ¿A lo mejor? ¿Es que no está seguro?
ZEPO: Sí, es que disparo sin mirar. (Pausa). De todas formas, disparo muy poco. Y cada vez que disparo, rezo un Avemaría por el tío que he matado.
Sr. TEPÁN: ¿Un Avemaría? Yo creí que rezaría un Padrenuestro.
ZEPO: No. Siempre un Avemaría. (Pausa). Es más corto.
Sr. TEPÁN: Ánimo, hombre. Hay que tener más valor.
Sra. TEPÁN (a ZEPO): Si quiere usted, le soltamos las ligaduras.
ZEPO: No, déjelo, no tiene importancia.
Sr. TEPÁN: No vaya usted ahora a andar con vergüenza con nosotros. Si quiere que le soltemos las ligaduras, díganoslo.
Sra. TEPÁN: Usted póngase lo más cómodo que pueda.
ZEPO: Bueno, si se ponen así, suéltenme las ligaduras. Pero sólo se lo digo por darles gusto.
Fernando Arrabal, Pic-nic.
En 1952 sale a la luz una obra entre absurda e infantil. Se titulaba Pic-nic y su autor era Fernando Arrabal quien, al no tener el éxito esperado en su primera pieza, prefirió marchar a Francia y representar allí su polémico teatro. Pero, ¿qué lo hace tan polémico, si en principio —en el texto se ve— se trata de un humor absurdo e inteligente, a veces cercano al propuesto por Mihura?