Aquí tienes un posible texto argumentativo. Vamos a analizar sus características básicas, deteniéndonos, además, en la localización de los rasgos lingüísticos propios de este tipo de textos.
El idioma de España recibe dos denominaciones: castellano y español. La primera de ellas procede de la comunidad lingüística que la hablaba en la Edad Media (Castilla). La segunda es bastante reciente. Según la RAE ambos términos son sinónimos. Sin embargo, los hablantes de comunidades como Cataluña, Galicia y País Vasco no la admiten por considerar que engloba a todo el territorio español, del que ellos forman parte, pero su lengua es distinta.
En primer lugar, ambos términos son, efectivamente, sinónimos; como afirma el prestigioso filólogo Lázaro Carreter: "Son sinónimos, pero como tantas veces ocurre —y se ha dicho—, los sinónimos no existen". Efectivamente, hay determinados contextos en los que no parece muy apropiado emplearlos indistintamente. Por ejemplo, no sería lógico hablar de un diccionario de catalán-español, sino catalán-castellano.
Sin embargo, en la mayor parte de los casos, las dos palabras pueden sustituirse sin que varíe sustancialmente el significado de la frase.
Obsérvese en ejemplos como:
- Yo llevo unos meses estudiando castellano / español.
- El castellano / español es la segunda lengua más hablada en el mundo.
Por otra parte, no podemos olvidar que la Academia de la Lengua Española, máxima autoridad en el tema, los reconoce como sinónimos. Y si esto es así, ¿quiénes somos nosotros para dudarlo? Basta con acudir a la página del Diccionario (DRAE), en su acepción de lengua, para comprobarlo.
Por lo tanto, nos inclinamos a defender la idea de su uso indistinto (salvo la excepción ya señalada).