La acción, en Madrid. Época actual.PRÓLOGOUnos momentos antes de levantarse el telón se apagan las luces. Al alzarse el telón aparece una pantalla de «cine» y en ella se proyecta un cristal que dice: «Descanso. Bar en el principal». Al cabo de breves momentos la proyección desaparece, y, al hacerse de nuevo la luz, empieza el prólogo.
Telón corto en las primeras cajas, que representa la pared del fondo del salón de un cinematógrafo de barrio. Puerta practicable en el centro del foro, con cortinajes y forillo oscuro. A ambos lados de la puerta, en las paredes, lucecitas encarnadas y dos cartelitos idénticos, en los que se lee: «AVISO: La Empresa ruega al público que en caso de incendio salga sin prisa, siguiendo la dirección de la flecha».
Delante del telón corto, casi tocando con él, una fila de butacas que figura ser la última del «cine» cortada en el centro por el pasillo central, del cual se ve el paso de alfombra. Las butacas del supuesto «cine» tienen, naturalmente, el respaldo hacia el telón corto y dan frente a la batería; hay siete a cada lado; las de la derecha son las impares, y las de la izquierda, las pares. El pasillo central del «cine» avanza hacia la concha del apuntador y hacia el verdadero pasillo del teatro donde la comedia se representa.
Al encenderse las luces definitivamente, se hallan en escena, ocupando la fila de butacas, el NOVIO, la NOVIA, la MADRE, el DORMIDO, la SEÑORA, el MARIDO, el AMIGO, MUCHACHA 1.ª, MUCHACHA 2.ª, JOVEN 1.º y JOVEN 2.º; y en pie, en el pasillo central, el ACOMODADOR y siete ESPECTADORES. El NOVIO, que es un muchacho de veinte o veintidós años, con aire de oficinista modesto, ocupa la butaca número 1, y la NOVIA, una chica también modestita, de su misma edad, la número 2, de forma que se hallan separados por el pasillo. La MADRE, una señora cincuentona, está sentada junto a su hija en la butaca número 4. La MUCHACHA 1.ª, que es muy linda, de unos treinta años, y que tiene cierto aire de tanguista, ocupa la número 6, y la MUCHACHA 2.ª, también bonita y también de aire equívoco, la butaca número 8. En las butacas 10 y 12 están instalados la SEÑORA, una buena mujer de la clase media inferior, de unos cuarenta años, y el MARIDO, de su misma filiación y algo mayor de edad. EL AMIGO, que es igualmente un tipo vulgarote, comerciante o cosa parecida, se sienta en la butaca 14. Las números 3, 5 y 7 aparecen vacías. En un brazo de la 9 está medio reclinado, medio sentado, el JOVEN 1.º; la 11 la ocupa el JOVEN 2.º; ambos tienen alrededor de treinta años y son dos obreros endomingados. Por último, en la butaca número 13 ronca el DORMIDO, un tío feo que parece abotargado. En la puerta, en pie, de cara al público, de uniforme, está el ACOMODADOR; y en pie también, dando la espalda al público, siete ESPECTADORES, todos hombres de distintas edades, que con las pitilleras o las cajetillas en las manos, se disponen a hacer mutis por el foro y a fumarse un cigarro en el vestíbulo, adonde simula conducir la puerta.
Los ESPECTADORES van desfilando hacia el foro, mirando todos, como si se hubieran puesto de acuerdo para ello, y con ojos de hambre, a las dos MUCHACHAS de las butacas 6 y 8. El NOVIO y la NOVIA intentan en vano hablarse de un lado a otro del pasillo por entre los espectadores que lo llenan.
EMPIEZA LA ACCIÓN
ESPECTADOR 4.º-¡Vaya mujeres! (Al otro.) ¿Has visto?
ESPECTADOR 5.º-¡Ya, ya! ¡Qué mujeres! (Hacen mutis por el foro lentamente.)
ESPECTADOR 6.º-¡Vaya mujeres! (Se va por el foro.)
ESPECTADOR 1.º-¡Menudas mujeres!
ESPECTADOR 2.º-(Al 1.º) ¿Has visto qué dos mujeres?
ESPECTADOR 1.º-Eso te iba a decir, que qué dos mujeres... (Se vuelven hacia el ESPECTADOR 3.º, hablando a un tiempo.)
ESPECTADORES 1.º y 2.º-¿Te has fijado qué dos mujeres?
ESPECTADOR 3.º-Me lo habéis quitado de la boca. ¡Qué dos mujeres! (Se van los tres por el foro.)
MARIDO.-(Aparte, al AMIGO, hablándole al oído.) ¿Se da usted cuenta de qué dos mujeres?
AMIGO.-¡Ya, ya! ¡Vaya dos mujeres!
ACOMODADOR.-(Mirando a las MUCHACHAS.) ¡Mi madre, qué dos mujeres!
ESPECTADOR 7.º-(Pasando ante las MUCHACHAS.) ¡Vaya mujeres! (Se va por el foro.)
MUCHACHA 1.ª-(A la 2.ª, con orgullo y satisfacción.) Digan lo que quieran, la verdad es que la gracia que hay en Madrid para el piropo no la hay en ningún lado...
La otra clave del teatro que gusta al público, el comercial, es el humor. Y en eso triunfaban dramaturgos de la talla de Jardiel Poncela o Mihura. De esta manera se inicia una de las obras claves del primero, Eloísa está debajo de un almendro, de 1940. Es un comienzo sorprendente, con este largo prólogo a modo de acotación para acomodar en una sala de cine al público, que buscaba algo distinto de lo que se estaba representando.