En la trayectoria de Valle se pueden trazar distintas etapas:
El espacio gallego
Con su antigua nobleza y sus fuerzas telúricas, que van a acercar al héroe al primitivismo. Las tres obras que componen este ciclo, con un orden cronológico que no se corresponde con el temático, son Águila de blasón y Romance de lobos, de 1907, y Cara de plata, de 1922. Este mundo de la Galicia valleinclanesca se completa con otra obra: El embrujado, de inferior talla literaria.
La farsa como recurso dramático
En 1909 se estrena la Farsa infantil de la cabeza del dragón, superior a Cuento de abril (también de 1909). En 1911, aparece Voces de gesta, en 1913, La marquesa Rosalinda. El ciclo de la farsa continúa en 1920, con la Farsa italiana de la enamorada del rey y con la Farsa y licencia de la reina castiza, pórtico inmediato, junto con Divinas palabras, del esperpento.
El esperpento
En 1920 la obra de Valle-Inclán sufre una profunda transformación. Cinco obras, cuatro de teatro, ven la luz pública. Las cuatro constituyen una especie de testamento literario que cierra una etapa. El primer esperpento, Luces de bohemia, se publica por primera vez ese año. Aparece en la revista España en entregas semanales, pero reaparecerá en forma de libro en 1924, con una serie de variaciones literarias y algunos añadidos importantes. La obra es un paseo nocturno, alucinante, por el mundo de la bohemia madrileña, que tiene poco de brillante, como el mismo Valle-Inclán observó. Un año después, la revista La Pluma publica Los cuernos de don Friolera, que ridiculiza uno de los aspectos sagrados de la tradición española, el honor.
Esta línea de desmitificación de aspectos culturales hispánicos se completa con Las galas del difunto (1926), publicada con el título El terno del difunto, y donde el mismo Valle-Inclán hizo el papel de doña Brígida, criada de doña Inés en el drama romántico. El ciclo del esperpento se cierra con una obra que ofrece implicaciones de crítica política: La hija del capitán, aunque publicada en 1927, sufrirá la prohibición de la Dirección General de Seguridad hasta 1930. Se trata de una sátira contra la dictadura del general Primo de Rivera.
Pero, aunque cerrado el ciclo, el esperpento se enriquece con la publicación en 1927 del Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte, que incluye dos melodramas para marionetas, La rosa de papel (1924) y La cabeza del Bautista (1924), y otras dos piezas, Ligazón (1926) y Sacrilegio (1927), pertenecientes al bloque literario denominado autos para siluetas.