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6.3. Las innovaciones de la lírica romántica

Según he oído a los que de esto saben, bastante antes de que yo naciera, allá por 1812, nuestro país consiguió ponerse a la altura de las naciones modernas, aunque me parece que solo sobre el papel, con una auténtica constitución democrática, la de las Cortes de Cádiz, la Pepa. Pero en la sociedad seguía habiendo una gran diferencia de clases sociales. La sociedad española de principios del XIX era agraria y estamental y soportaba unas elevadísimas tasas de analfabetismo. No existía una educación básica generalizada y no había libros baratos ni bibliotecas.

Las cosas al respecto cambiaron a finales del siglo XIX, aunque todavía un 85% de las mujeres no sabían leer ni escribir.
Luego vendría el retroceso con el restaurado Fernando VII en 1814. Pero con su hija, Isabel II, vuelven ciertos aires de libertad y de cambios. Es la etapa de los ideales exaltados, de los revolucionarios y los soñadores, de los conocidos como "románticos", término que, como otras muchas cosas, nos llega de Europa para referirse de forma poco concreta a lo medieval, lo ficticio, lo irreal... ¡Cómo me hubiera gustado vivir en esos años! Sobre todo se podía opinar, discutir...
Más tarde la cosa fue a más: la Constitución de 1869, la Primera República... Alfonso XII, la pérdida de Filipinas y Cuba. No es de extrañar que los escritores vuelvan al realismo para contarnos lo depravado de esta sociedad, donde el pragmatismo se impone a la fantasía y el dinero a los valores.
Imagen de Delacroix

en Wikimedia Commons bajo Dominio péblico

¿Sabías que...?

El analfabetismo era tan alto que los editores se las tuvieron que ingeniar para popularizar algunas obras literarias a través de viñetas, llamadas "aleluyas". Un caso del gusto por la ilustración es el del Quijote de Gustavo Doré, en la edición francesa de 1863.
 
El propio Mesonero Romanos, uno de los escritores más lúcidos de este momento, nos refiere, con cierta ironía, la polémica sobre el mismo término en un artículo publicado en el Semanario pintoresco español el 10 de septiembre de 1837, recogido en Escenas matritenses, y titulado "El romanticismo y los románticos":

[...] Si fuera posible reducir a un solo eco las voces todas de la actual generación europea, apenas cabe ponerse en duda que la palabra romanticismo parecería ser la dominante desde el Tajo al Danubio, desde el mar del Norte al estrecho de Gibraltar.

Y sin embargo (¡cosa singular!) esta palabra tan favorita, tan cómoda, que así aplicamos a las personas como a las cosas, a las verdades de la ciencia como a las ilusiones de la fantasía; esta palabra que todas las plumas adoptan, que todas las lenguas repiten, todavía carece de una definición exacta que fije distintamente su verdadero sentido.

¡Cuántos discursos, cuántas controversias han prodigado los sabios para resolver acertadamente esta cuestión! y en ellos ¡qué contradicción de opiniones! ¡qué extravagancia singular de sistemas!... -«¿Qué cosa es romanticismo?...» -(les ha preguntado el público); y los sabios le han contestado cada cual a su manera. Unos le han dicho que era todo lo ideal y romanesco; otros por el contrario, que no podía ser sino lo escrupulosamente histórico; cuáles han creído ver en él a la naturaleza en toda su verdad; cuáles a la imaginación en toda su mentira; algunos han asegurado que sólo era propio a describir la Edad Media; otros lo han hallado aplicable también a la moderna; aquéllos lo han querido hermanar con la religión y con la moral; éstos lo han echado a reñir con ambas; hay quien pretende dictarle reglas; hay por último, quien sostiene que su condición es la de no guardar ninguna.

[...] El escritor osado, que acusa a la sociedad de corrompida, al mismo tiempo que contribuye a corromperla más con la inmoralidad de sus escritos; el político, que exagera todos los sistemas, todos los desfigura y contradice, y pretende reunir en su doctrina el feudalismo y la república; el historiador, que poetiza la historia; el poeta que finge una sociedad fantástica y se queja de ella porque no reconoce su retrato; el artista, que pretende pintar a la naturaleza aún más hermosa que en su original; todas estas manías que en cualesquiera épocas han debido existir y sin duda en siglos anteriores habrán podido pasar por extravíos de la razón o debilidades de la humana especie, el siglo actual, más adelantado y perspicuo, las ha calificado de romanticismo puro [...].

Imagen de Antonio María Esquivel en Wikimedia Commons con licencia CC 

Actividad 1

Pregunta

a. ¿Qué tono adopta Mesonero Romanos en el escrito sobre el Romanticismo?

Respuestas

Académico.

Intelectual.

Científico.

Irónico.

Retroalimentación

Pregunta

b. ¿Cómo califica al "romanticismo puro"?

Respuestas

Descubrimiento mágico.

Maravilloso, comprometido y de gran importancia histórica.

Manías, extravíos de la razón o debilidades de la humana especie.

Corrompido y maquiavélico.

Retroalimentación

Objetivos

Para que observes el alcance del movimiento romántico te adelantamos este enlace al que podrás recurrir siempre que necesites fijar o profundizar algún concepto que aparezca en el tema.