- La obra literaria no surge de la nada, sino que responde a una tradición interna o importada de algún otro marco cultural. En nuestro caso, es Italia el foco de proyección para el resto de Europa, por lo menos para la Europa mediterránea. Por ello, no esperemos encontrar ruptura con las etapas precedentes, más bien evolución.
- Las condiciones históricas que rodean el castellano y su literatura suponen el apogeo de nuestra cultura durante este siglo y el siguiente. Y, curiosamente, esta eclosión no sirve tanto para el exterior, que también, pues las obras en castellano encuentran un lugar notable entre las literaturas europeas, sino para el consumo interno. Esto es: nuestra literatura genera más literatura en el mundo hispano. Es el Siglo de Oro. Siglo como sinónimo de edad, época o periodo, no de periodo de cien años, pues realmente —aunque la cronología ofrece polémica— abarca el Renacimiento y el Barroco.
Imagen de Tiziano bajo Dominio público |
Estas dos razones sirven para justificar buena parte de la producción poética y narrativa del Renacimiento español. Las obras que nos encontramos son el fruto de influencias internas y externas, y servirán, a su vez, ya convertidas en creación propia, para influir a otros escritores de la época. Caso más evidente de todo es el Quijote, que se verá en los siguientes temas.
Soneto I
Cuando me paro a contemplar mi estado, mas cuando del camino estó olvidado, Yo acabaré, que me entregué sin arte que pues mi voluntad puede matarme, |
¿Qué te ha parecido? ¿Has comprendido su argumento y tema? ¿Te has dado cuenta de algunos recursos que utiliza para impresionarnos? Si has leído atentamente sus versos podrás interpretarlo y, estoy seguro, te habrá gustado; pues aun escrito hace más de cuatro siglos parece dicho hoy. ¿No crees?
La cantidad de versiones sobre el poema de Garcilaso nos habla de las múltiples lecturas que puede hacerse del poema. Por eso decíamos que no era tan fácil entenderlo e interpretarlo.