Garcilaso, gracias a su condición de caballero que aúna el dominio de las armas y las letras, ha encarnado a la perfección el ideal de hombre del Renacimiento. Aunque no poseemos muchos datos biográficos, sabemos que Garcilaso nació en Toledo (1501). La historia de su muerte (Niza, 1536), tras ser herido por una piedra en una batalla, también ha trascendido hasta nuestros días. Aunque su obra fue publicada de forma póstuma, está considerado como el principal exponente de la lírica de influencia italiana en nuestro país.
Garcilaso compuso églogas y sonetos, entre otros.
Las Églogas
Siguieron el modelo del poeta latino Virgilio (Bucólicas). Son composiciones en las que se tratan temas amorosos en un ambiente bucólico y pastoril. La naturaleza idealizada sirve para mostrar los sentimientos. Garcilaso compuso tres églogas.
Égloga I: los pastores Salicio y Nemoroso lamentan el desdén de sus amadas y de su muerte. Es habitual la relación entre esta égloga y la propia biografía de Garcilaso y su amor por Isabel Freire.
Égloga II: se cuentan los amores de Camila y Albanio. Esta es la más extensa de las tres.
Égloga III: cuatro ninfas bordan tapices que contienen diferentes historias de amor. Aparecen referencias mitológicas (Orfeo y Eurídice, Apolo y Dafne, por ejemplo) y la historia de la ninfa Elisa y el pastor Nemoroso.
Sonetos
Los sonetos fueron publicados por Juan Boscán tras la muerte de Garcilaso. En la publicación se recogen treinta y ocho sonetos, en su mayoría de tema amoroso. La obra de Garcilaso fue clave para consolidar el soneto como forma destacada en los Siglos de Oro.