En el momento en que los poetas neoclásicos toman la determinación de situar la lírica en nueva dimensión, la variedad estilística en la que se presentan sus propuestas alcanzará cotas inimaginables. Es el caso de las anacreónticas, que toman su nombre del poeta griego Anacreonte y cuya esencia radica en la búsqueda de la gracia para crear unas composiciones de tono menor, ligeras, que se convertirán en una de las variantes más cultivadas. Las principales características de las anacreónticas son:
La brevedad conceptual, tanto en estrofas como en versos
El tono es despreocupado, ingenuo y hedonista
Se ensalzan los placeres del amor, del vino y de la buena mesa
José Cadalso escribió algunas de las anacreónticas más memorables. He aquí un ejemplo donde se pueden apreciar las características más importantes de estas composiciones:
¿Quién es aquél que baja por aquella colina, la botella en la mano, en el rostro la risa, de pámpanos y hiedra la cabeza ceñida, cercado de zagales, rodeado de ninfas, que al son de los panderos dan voces de alegría, celebran sus hazañas, aplauden su venida? Sin duda será Baco, el padre de las viñas. Pues no, que es el poeta autor de esta letrilla.
En la segunda mitad del siglo XVIII comienza la producción de una poesía con una clara tendencia filosófica y moral. La evolución del género es evidente y ello se debe, principalmente, a dos motivaciones:
Los autores sienten la necesidad de conmemorar las hazañas ilustradas.
La poesía no queda al margen de la labor divulgativa y formativa que se le presupone a la literatura.
Estas composiciones, que adoptan la forma de oda, beben de las aguas clásicas para ensalzar los progresos en diversos ámbitos, como el educativo, el artístico o el técnico. Los impulsores de los cambios que ayudaron a la modernización de España serán homenajeados en estrofas que presentan títulos, como Al capitán general don Pedro Ceballos, escrito por Fernández de Moratín, A Carlos III, restablecedor de las ciencias en España, de José María Blanco White, o La gloria de las artes, escrito por Juan Meléndez Valdés.
La producción poética de carácter religioso también se abre a las ideas de la Ilustración. Los autores ofrecen una visión más racionalista y permeable a los elementos naturales, donde la moral filantrópica se sitúa en el centro de sus reflexiones. Algunos ejemplos relevantes son La bondad es natural al hombre, de Alberto Lista, y La presencia de Dios, de Meléndez Valdés.
Una de las odas dieciochescas de carácter religioso más representativa es La presencia de Dios, escrita por Juan Meléndez Valdés. En este fragmento del poema se puede apreciar la apertura de un estilo hasta entonces contenido y ligado a la tradición:
Tu inmensidad lo llena todo, Señor, y más: del invisible insecto al elefante, del átomo al cometa rutilante.
Tú a la tiniebla obscura das su pardo capuz, y el sutil velo a la alegre mañana, sus huellas matizando de oro y grana;
y cuando primavera desciende al ancho mundo, afable ríes entre sus gayas flores, y te aspiro en sus plácidos olores,
y cuando el inflamado Sirio más arde en congojosos fuegos, tú las llenas espigas volando mueves y su ardor mitigas.
A medida que avanza el siglo XVIII, la lírica evoluciona en su temática y en su forma. La oda cede protagonismo en favor de la elegía y, por lo tanto, el Neoclasicismo agota sus últimas formas de expresión y comienza un nuevo periodo: el Prerromanticismo. La dimensión social y didáctica dejará espacio a una poesía sentimentalista donde el dolor se sitúa en el centro de las composiciones. Así,
La luz que aporta el conocimiento se va apagando hasta transformarse en composiciones macabras y nocturnas.
La exaltación producida por el conocimiento evoluciona hasta llegar a un universo interior melancólico, solitario y oscuro.
Uno de los autores más representativos de fase es Nicasio Álvarez de Cienfuegos, quien, en sus poemas La escuela del sepulcro y Mi paseo solitario en primavera, allana el camino para un nuevo cambio de registro lírico:
Dulce Ramón, en tanto que, dormido a la voz maternal de primavera, vagas errante entre el insano estruendo del cortesano mar siempre agitado, yo, siempre herido de amorosa llama, busco la soledad y en su silencio sin esperanza mi dolor exhalo. Tendido allí sobre la verde alfombra de grama y trébol, a la sombra dulce de una nube feliz que marcha lenta, con menudo llover regando el suelo, late mi corazón, cae y se clava en el pecho mi lánguida cabeza, y por mis ojos violento rompe el fuego abrasador que me devora.
Otras formas de expresión poéticas ganan lectores a base de composiciones satíricas, donde se ejerce la crítica social. Además, existe una corriente lírica con un marcado carácter erótico, siendo el fabulista Félix María Samaniego uno de sus máximos exponentes, lo que puede apreciarse en su obra El jardín de Venus.
Dos de los subgéneros líricos empleados por los autores dieciochescos para expresar sus sentimientos son la oda y la elegía. Esta actividad te servirá para conocer mejor los entresijos de estas estructuras poéticas. Además, es una magnífica oportunidad para trabajar los contenidos en equipo.
En primer lugar investigaremos para conocer su estructura: tono, composición de estrofas, presencia o ausencia de rima, contexto donde se emplea...
A continuación, buscaremos un ejemplo y aplicaremos los conceptos teóricos a la práctica y analizaremos el tema propuesto por el autor. Además, es una estupenda oportunidad para conocer mejor la producción lírica de la Ilustración.
Para terminar, recogeremos todas la investigación en una presentación digital para exponerla delante del resto de compañeros. Al trabajar con un texto poético, la interpretación del texto será fundamental.
¿Te sientes cómodo hablando en público? ¿Disfrutas leyendo en voz alta? Cuando hablamos o leemos para una audiencia nos enfrentamos a situaciones desconocidas e incómodas que nos sacan de nuestra zona de confort. Uno de los aspectos más importantes en la enseñanza de lenguas es cultivar el lenguaje verbal y no verbal (gestos, miradas, expresiones...) para transmitir nuestro discurso. Es un proceso complejo; hay personas que lo asumen con naturalidad, mientras que para otras supone un motivo de inseguridad y nerviosismo. Sin embargo, que no te quepa la menor duda: son destrezas que se pueden trabajar para ganar esa ansiada seguridad. Fíjate en este vídeo. Seguro que estas pautas te ayudarán en tu exposición oral.
Una buena iniciación a la creación lírica es la escritura de haikus, que son "poemas miniatura" con un esquema muy sencillo:
Los haikus solo tienen tres versos.
El primer verso consta de cinco sílabas; el segundo, de siete; y el tercero, de nuevo, de cinco.
5+7+5
Los haikus tienen un origen japonés y obligan al poeta a expresar un sentimiento complejo en tan solo diecisiete sílabas.
Para configurar los versos deberás tener en cuenta recursos como la sinalefa, la diéresis y la sinéresis.
Experimenta con las palabras y sus sílabas, seguro que se te ocurren reflexiones maravillosas. Como broche final al proyecto, ¿por qué no los registras en formato digital, los transformas en códigos QR y los pegas en las paredes de tu instituto o tu ciudad? Seguro que harás más feliz el día a día de muchas personas.
¿Quién no ha visto alguna vez un código QR? Crear uno es muy sencillo y nos ayudará a darle un toque distinto a nuestros textos. De hecho, a pesar de que puede considerarse una tecnología obsoleta, su función ha cambiado por completo debido a la llegada de la COVID-19, convirtiéndose en uno de los medios de difusión más utilizados. Uno de los sectores que los está utilizando con asiduidad es el hostelero ya que gracias a su sencillez y facilidad de uso permiten transmitir información de forma segura y cómoda.
En este vídeo podrás aprender muchos trucos para poder emplearlos para difundir tus ideas.