Odilon Redon: Dama de las flores. Imagen en Wikimedia Commons Dominio público. |
Baudelaire abre nuevos caminos para la poesía. Después de él surgen nuevos movimientos que amplían el lenguaje poético en distintas direcciones.
- El Parnasianismo defiende el "arte por el arte", la belleza desvinculada de contenidos morales, sociales o de otro tipo, y una vuelta al clasicismo. La poesía parnasiana, por su objetividad y su carácter descriptivo, se inspira en artes plásticas como la pintura o la arquitectura.
- El Simbolismo concibe la poesía como una forma de conocimiento que nos permite descubrir aspectos insólitos de la realidad mediante alusiones, símbolos y metáforas. La importancia que los simbolistas le dan al ritmo del verso acerca esta escuela a la música. Al mismo tiempo, su afán experimentador les hizo descubrir formas nuevas, como el verso libre.
En el ambiente inquieto e innovador de la generación posterior a Baudelaire destacan tres grandes poetas:
- Stéphane Mallarmé (1842-1898). Poeta difícil, empeñado en alcanzar la belleza absoluta mediante la lucha contra las limitaciones del lenguaje y las convenciones de la poesía. Mallarmé intentó elaborar un lenguaje poético autosuficiente, que no dependiera de referentes externos, sino que se bastara a sí mismo.
- Paul Verlaine (1844-1896) fue el poeta más musical de su generación. Su lirismo callejero, su intimismo reflejado en paisajes melancólicos y su vida atormentada de artista bohemio han contribuido a perpetuar su obra hasta nuestros días.
- Arthur Rimbaud (1854-1891), encarnación del enfant terrible, es también una figura legendaria, entre otras cosas por sus tormentosas relaciones con Verlaine. A los veinte años ya había escrito toda su obra. En Una temporada en el infierno e Iluminaciones anticipa algunas direcciones fundamentales de la poesía del siglo XX: la metáfora visionaria, el verso libre y la rebeldía contra todas las normas. Murió a los 37 años, después de haber sido soldado y traficante de armas.