Aprendizaje cooperativo: buenas razones
Una tentación por parte de la docencia en grupos desdoblados o en ámbitos de grupos reducidos consiste en considerar que todo el alumnado "forma equipo". Las consecuencias serían nefastas, tanto si se diseñan proyectos, como si se aplica la instrucción directa en cualquiera de sus versiones.
Aunque parezca imposible, los conflictos que caracterizan a los grupos numerosos se importarán a los pequeños grupos. De hecho, uno de los caballos de batalla en tales grupos consiste en la distribución del alumnado en territorios, grupos homogéneos y fronteras, así como, en general, las dinámicas de exclusión y de autoexclusión.
Así pues, el ABP exige la organización de equipos heterogéneos y equilibrados.
Roles cooperativos en ABP: rotativos y estables
Para que el ABP sea viable, incluso en grupos reducidos, es fundamental hacer uso del aprendizaje cooperativo como estrategia. Además de crear grupos heterogéneos, hay que procurar que algunos roles en el proyecto sean rotativos, de manera que todas las personas aprendan de todo y no se generen situaciones de subordinación y dependencia:
- coordinación, gerencia, portavocía, secretaría, investigación, invención, creación, servicio, edición, actuación, etc.
La factura de los roles puede varias en razón de la modalidad de proyecto de que se trate:
- Proyectos de investigación: coordinación-portavocía, secretaría-gerencia, investigación (todos los miembros), edición
- Proyectos creativos: coordinación-portavocía, secretaría-gerencia, invención o creación (todos los miembros), edición
- Proyectos de intervención social: coordinación-portavocía, gerencia (control de tiempos, turnos y materiales), secretaría, servicio (todos los miembros)
Aunque parezca una obviedad, es necesario contemplar en el diseño de los roles (con ayuda de una rúbrica específica) aquellos que todos los miembros tienen que desempeñar de forma simultánea, durante alguna de sus fases, como la investigación, la invención y la creación, el servicio, dependiendo de la índole del proyecto y de cada fase o tarea durante su realización. En todos los proyectos hay que contemplar el rol de actuación (cf. en una exposición) y procurar que nadie escape al deber de prepararlo y efectuarlo, dado que todos tienen una índole performativa y concluyen en un evento con impacto público.
Los roles de coordinación, portavocía, secretaría y gerencia (control de tiempos y materiales) también dependen del tipo de proyecto, pero lo recomendable en el marco de un proyecto inclusivo es que todos los miembros del equipo asuman ese rol de forma rotativa. Sean cuales sea las capacidades de cada persona, a nadie le conviene asumir una postura subordinada, ni un rol siempre dominante. Para que esa rotación sea posible, cuando se considere necesario, los roles pueden ejercerse en pareja, en lugar de individualmente, con ayuda de uno de los roles estables.
Por esa razón y por otras, también necesitamos roles estables al servicio de la inclusión, que permitan practicar la relación de ayuda: revisión entre pares, mediación, tutoría entre iguales.
Equipos-base
Hay centros, como el IES Ítaca (Tomares, Sevilla) o el IES Cartima (Estación de Cártama, Málaga), donde el aprendizaje cooperativo forma parte del proyecto educativo. En tal caso, tanto el Departamento de Orientación como las tutorías establecen equipos-base que funcionan en todas las materias, después de una evaluación inicial que permita distribuir las personas en grupos heterogéneos y equilibrados.
Por lo general, cada equipo-base distribuye de forma permanente un catálogo reducido y cerrado de roles: en la propuesta de IES Ítaca, coordinación, dinamización, secretaría, gerencia 1 (materiales), gerencia 2 (tiempos o turnos).
No obstante, la práctica del ABP implica que los roles sean rotativos y que las estrategias cooperativas se adapten a la índole de la tarea, en vez de lo contrario. Para que no haya dudas, habrá que diseñar el reparto de los roles en cada fase, tarea o actividad, siempre que haya variaciones.
Otro factor regulador es que los equipos se mantengan mientras dure el proyecto. En consecuencia, siempre será necesario que la tutoría consulte al equipo educativo antes de efectuar cambios. De otro modo, la persona encargada del proyecto tendrá que decidir si se conserva la estructura del equipo, como parece razonable hasta que concluya.
En sentido contrario, tenemos que recordar la exigencia de que se consignen los cuadernos de equipo (cf. Mavensol, 20-3-2018), de acuerdo con la rúbrica de aprendizaje cooperativo, al concluir el proyecto o al término de cada fase en su desarrollo. Lógicamente, los roles que se describan serán distintos en cada tarea.
Roles de apoyo: la orientación permanente
Por último o por principio, los roles de apoyo no se circunscriben a un equipo, sino que vertebran el conjunto del grupo-aula. Entendemos por tales el trabajo realizado en el aula por el alumnado ayudante o mediador.
¿Quién forma a esas personas en sus roles permanentes: la docencia de los ámbitos, la tutoría? La acción tutorial es compartida, pero su función es comparable a la del profesorado de apoyo, perfectamente integrado en el Departamento de Orientación.
Conviene remarcar que la Orientación no es solamente una pieza encargada del ACNEAE, sino el corazón que suministra apoyos a la percepción, el respeto y la eficacia de la diversidad en todos los grupos-aula y en cada grupo-aula, al servicio de la inclusión.
De similar manera, sería un error considerar que los grupos reducidos sirvan solamente al bienestar de los docentes individuales, en vez del alumnado para el que fueron concebidos. Requieren un compromiso añadido, como es la coordinación con el Departamento y con la persona orientadora. De hecho, según las leyes vigentes, los grupos de diversificación, FPB y centros de educación compensatoria crecen bajo el paraguas de la Orientación educativa.