ABP en la TDE
El proceso de Transformación Digital Educativa (TDE) contempla en todos sus ámbitos recomendaciones y exigencias para la mejora de la Competencia Digital del Centro (#DigCompOrg), de acuerdo con un Plan de Actuación Digital (PAD). La transformación de los ámbitos organizativos, de información y de comunicación está vinculada a progresos auténticos en los procesos de enseñanza-aprendizaje, que hagan posible el éxito de todo el alumnado y favorezcan la inclusión.
El marco de trabajo de la DigCompOrg
Es lógico que el ABP sea una de las metodologías recomendadas por la rúbrica de evaluación de la TDE, en paralelo a otros factores:
- comunidad de aprendizaje con familias y voluntariado pedagógico y social, en favor de una cultura inclusiva (criterios 17 y 18)
- entornos virtuales de aprendizaje: plataformas y aplicaciones para la gestión del proyecto (criterios 1 y 14)
- procedimientos de evaluación formativa, coevaluación y autoevaluación: rúbricas, diario de aprendizaje, portafolios: criterio 27
- participación activa del alumnado en el diseño del proyecto: análisis participativo de problemas, producto final, relevancia social (evento, intervención, servicio): criterios 29 y 30
- impacto público de los proyectos en forma de evento, intervención, servicio o instalación: criterios 11, 12, 15 y 16
Referencia directa
Puede comprobarse la referencia directa si se consulta la rúbrica adjunta (criterio 19):
“Adopción de metodologías activas facilitadas por el uso de las tecnologías”.
“El cambio de paradigma educativo pasa por la adopción de metodologías activas, que conceden al alumnado autonomía y el rol protagonista de su propio aprendizaje, haciéndolo mucho más competencial, completo y perdurable.
Se deben establecer líneas de actuación que favorezcan la inclusión en varios niveles:
1. Crear cultura (construir comunidad y establecer valores)
2. Establecer políticas (desarrollar un centro escolar para todos y organizar el apoyo a la diversidad)
3. Desarrollar prácticas inclusivas (construyendo un currículo para todas las personas y orquestar el aprendizaje).
La tecnología sirve de apoyo para desarrollar todas ellas”.
El nivel de mayor desempeño se cifra en los siguientes indicadores:
“19.a.1. La práctica totalidad del profesorado del centro adopta y promueve el uso de metodologías activas centradas en el alumnado como protagonista de su propio aprendizaje (ABP, aprendizaje cooperativo, aprendizaje basado en la indagación, Flipped Learning, pensamiento computacional, etc.).
19.a.2. El profesorado conoce la mayoría de estas metodologías para elegir la más conveniente.
19.a.3. Se trabaja con tareas integradas competenciales frecuentemente”.
CDD: niveles de desempeño
De similar modo, tanto el test anual de autodiagnóstico de la competencia digital docente, actualmente vigente (test CDD), como las nuevas formas de convalidación de los niveles de desempeño de la docencia en el marco de la normativa europea, española y andaluza (cf. marco de referencia actualizado de la CDD, explicado por referencia a Europa y a España), están y estarán vinculados a la competencia profesional en ABP. Así puede comprobarse en este artículo de Julio Cabero Almenara en el blog de la TDE: “DigCompEdu: el docente del siglo XXI”.
Dado el alto nivel de complejidad conceptual con que se ha redactado, nos ayudará mucho una infografía acerca de las áreas de la CDD, tanto en el marco común europeo, como en el recientemente adoptad por la Conferencia Sectorial de Educación para nuestro país. Observa que la CDD, es decir, la DigCompEdu de la docencia, siempre en relación directa con la competencia del alumnado, considerada estándar (DigComp o Competencia Digital Ciudadana), incluye esta última como parte y como finalidad (6. Desarrollo de la Competencia Digital de los estudiantes). Además, la competencia pedagógica de cada docente está en el centro del cuadro, por cuanto atañe directamente al servicio del alumnado, mientras que las demás competencias profesionales (1. compromiso profesional), incluidas las competencias digitales (2. Contenidos digitales) sirven de herramienta para 3. enseñar y aprender, 4. empoderar al alumnado y 5. evaluar y retroalimentar, de acuerdo con el modelo TPACK sobre tecnología en la educación.
Aunque en el texto del marco común no se nombre ninguna de las metodologías al uso en los centros educativos, se enuncia de distintas formas que el desarrollo de la CDD se cifra en el valor educativo de sus aplicaciones. Pues bien, como intentaremos explicar y comprender en este curso, el ABP es un método global y comprensivo, que incluye:
1. Compromiso profesional.
Son señas de identidad del ABP: la exigencia del trabajo en equipo entre docentes, la apertura a la comunidad de aprendizaje y las alianzas con otras agencias educativas.
2. Contenidos digitales.
En cualquier proyecto hay una parte fundamental de conocimiento tecnológico, que no se limita al uso de software o a la resolución de problemas, sino que atañe a la creación, la gestión y la mejora de los entornos virtuales de aprendizaje en que nos comunicamos y generamos artefactos digitales como parte del producto final. Sea como sea, a diferencia de la competencia de una ingeniera informática en una empresa de desarrollo de software, el marco de la CDD se refiere, sobre todo, a la creación colaborativa con software libre y, en concreto, con eXeLearning como soporte con que editar Recursos Digitales Abiertos (REA) y, de modo paradigmático, diseñar proyectos.
3. Enseñanza y aprendizaje.
El modelo TPACK se hace eco de las ciencias cognitivas para conducir al alumnado y a los propios docentes hasta el aprendizaje autorregulado, como es deseable, en un marco de trabajo real (framework), como el que proporciona el ABP. Además, el ABP atiende en mayor medida a la construcción social del conocimiento y a la cualidad siempre socializada del aprendizaje. Los medios digitales para la cooperación y para la reflexión no son distintos, puesto que compartir la metacognición en un diario de aprendizaje genera un modelo reproducible por otras personas, si se hacen públicos. Dicho de otro modo, la autorregulación es solamente una parte del mundo social reglado en que somos competentes para facilitar la iniciación de otras personas. Así pues, el último nivel de desempeño sería el servicio eficaz y autorregulado al aprendizaje de los demás, en calidad de pares más capacitados (mediadores, ayudantes), gracias a las técnicas de aprendizaje cooperativo. En ese grado óptimo estamos hablando de aprender evaluando y evaluar aprendiendo.
4. Evaluación y retroalimentación.
El ABP necesita de la competencia digital en el mayor grado posible con la finalidad de que la evaluación facilite el aprendizaje, a diferencia de la mera calificación, aunque se utilicen algoritmos para su cálculo. Si se hace a espaldas de la persona evaluada, no estamos hablando de evaluar, y menos en ABP.
La autoevaluación hace uso de distintos géneros digitales combinados: plataformas, blogs, aplicaciones. De otro modo, la coevaluación debería dar pie a constituir un medio social y, de tal manera, propiciar la alfabetización mediática, como prevención contra el ciberacoso. Evaluar es un acto social que hacemos imitando a influencers en Instagram o TikTok, por lo que debemos proponer otras formas de coevaluación.
Los medios digitales facilitan una retroalimentación eficaz (heteroevaluación) por distintos canales: escrito, oral, audiovisual; siempre teniendo en cuenta que, según Hattie (2012 y 2017), el índice de mayor eficacia en el feedback corresponde a la comunicación inmediata durante el acto de aprendizaje. Aun así, la relación personalizada no debe suplantar la toma de decisiones por parte del alumnado: su empoderamiento.
5. Empoderamiento de los estudiantes.
Desde el principio hemos considerado la utilidad del ABP como metodología que sirve para acreditar al alumnado como protagonista de su aprendizaje y como agente en la creación de conocimiento en un producto final, lo que facilitan los medios para diseñar artefactos digitales.
La tecnología digital también es útil para su autoevaluación por medio de un portafolio autobiográfico en forma de blog o página web, que incorpore el diario de aprendizaje junto con la reflexión sobre el proceso y el producto.
Un paso más allá, en el marco DUA, debemos preocuparnos por levantar las barreras que impiden el acceso del alumnado a cualquiera de los medios digitales, desde la primera fase del proyecto y hasta la última, ofreciendo alternativas para su empoderamiento real.
6. Desarrollo de la competencia digital de los estudiantes.
Como antes dijimos, sus cinco dimensiones corresponden a las de la competencia digital ciudadana. Todas ellas forman parte de un proyecto estándar en ABP, tal como lo diseñaremos en este curso.
DigComp del alumnado
Nos parece útil incluir la descripción y las explicaciones que ofrece la ponencia técnica, encargada de elaborar el marco común de referencia de la CDD en España, acerca de la competencia digital de los estudiantes. Gracias a sus comentarios, el marco propiamente dicho, aprobado legalmente como una mera colección de rúbricas, se hace más comprensible. En tal sentido, habría que recordar a los legisladores para qué sirve la pedagogía:
1) Alfabetización en el tratamiento de información y de datos.
"Supone la navegación, búsqueda, filtrado de datos, información y contenido digital comprendiendo los sesgos que los sistemas de perfilado e inteligencia artificial utilizados por los motores y navegadores aplican en los resultados de las búsquedas a partir, entre otros factores, de los datos que han recabado del propio usuario.
Posteriormente, aborda la evaluación de la fiabilidad de las noticias ofrecidas por los distintos medios de comunicación digital —incluidos los de difusión horizontal entre usuarios— de la información, de los datos consultados y de las fuentes que los publican. Finalmente, trata también del almacenamiento, organización y recuperación de los datos, la información y los contenidos en los entornos digitales".
2) Comunicación y colaboración.
"Se centra en la interacción y compartición de contenidos empleando las tecnologías digitales y en la comunicación a través de plataformas, foros y redes sociales, para lo cual se requiere el uso de habilidades sociales, de pautas de cortesía y de una utilización inclusiva del lenguaje en entornos digitales. Además, necesita también del compromiso con una ciudadanía activa en el ámbito digital y de la construcción de la identidad digital, entendida en un sentido amplio, desde los perfiles creados en redes sociales hasta los registros de nuestra huella digital. Contempla la creación conjunta de contenidos desde el punto de vista de la participación en plataformas de colaboración y de las habilidades para el trabajo en equipo y para la interacción social e intercultural.
3) Creación de contenidos digitales.
"Integra tanto la generación original como la reelaboración o edición de contenidos digitales, entre los cuales se encontrarían también los programas informáticos, respetando siempre los derechos de autor y de propiedad intelectual". Aquí debería añadirse una llamada al uso de software libre y a la creación de contenidos de cultura libre, con licencias Creative Commons, para lo que contamos con el apoyo del CeDeC. Más allá de los márqgenes de la vida académica, el empleo de herramientas libres interesa mucho al alumnado para actividades como el diseño de imágenes (GIMP) o la retransmisión de partidas en Twitch (OBS), entre tantos otros alicientes de la sociedad contemporánea.
4) Seguridad.
"Incluye la protección de los dispositivos digitales, la salvaguarda de los datos personales y la privacidad, la adopción de medidas de uso saludable y de bienestar digital para la prevención de los riesgos para la salud tanto física como mental y la concienciación y promoción de actuaciones conducentes a la protección medioambiental, que permita evitar o mitigar el impacto que las tecnologías digitales y su uso pudiera generar".
5) Resolución de problemas.
"Trabaja el uso creativo y eficiente de las tecnologías digitales, su comprensión y el desarrollo de la capacidad para aplicarlas a la hora de afrontar situaciones problemáticas de la vida cotidiana, desarrollar proyectos de diversos tipos o solventar los problemas técnicos que se puedan presentar en el funcionamiento, conexión e instalación de hardware, software y periféricos".
Además de subrayar que se espera del alumnado una capacidad resolutiva para "desarrollar proyectos de distintos tipos", es más importante que tomemos en consideración, con detalle, esas cinco dimensiones a la hora de diseñar un proyecto capaz de implicar y comprometer a nuestro alumnado.
Habrá adolescentes y jóvenes a quienes haya que convencer para que desarrollen su competencia digital, pero los entornos digitales siguen siendo un factor de autoexigencia por parte del alumnado, el cual necesita un cauce para desplegarse en la educación formal: el proyecto que tú diseñarás en diálogo con ellas y ellos, sus intereses, necesidades y carencias.
Competencias digitales para la vida
En palabras de la ponencia técnica que ha elaborado el marco de la CDD:
"Debemos entender que las cinco competencias docentes de esta área están directamente relacionadas con el desarrollo de competencias digitales en el alumnado para su integración en la vida cotidiana, el ocio o la actividad laboral, sin descartar que se puedan vincular con el aprendizaje.
Es evidente, por ejemplo, que desarrollar la competencia para la búsqueda de información repercutirá positivamente en esta actividad cuando se desarrolle en el seno de una tarea de clase; sin embargo, no es ese su único propósito. El alumnado ha de ser capaz de transferir las estrategias de selección de información fidedigna, el análisis crítico, la utilización de operadores lógicos, etc., a cualquier contexto y actividad.
Así pues, las cinco competencias docentes recogidas en esta área son las necesarias para que el alumnado pueda desarrollar su propia competencia digital y desplegarla en todos los ámbitos de la vida (las cursivas son nuestras). Las estrategias didácticas empleadas pueden incluir también tareas, actividades y dinámicas o medios e instrumentos de evaluación que no requieran el uso de las tecnologías digitales por parte del alumnado para su realización" (Marco de referencia e la competencia digital docente, 2022: 164. Se recomienda la lectura: pp. 165-181).
Dicho en términos claros y supinos, un proyecto ABP digital nos va a permitir y a exigir que desarrollemos nuestra propia competencia digital estándar al mismo paso que nuestro alumnado, porque nuestra vida es pare de la suya en nuestros proyectos. No debemos caer en la comodidad de esperar que sean ellas y ellos quienes nos enseñen, ni pretender que sabemos más que nadie en el aula, aun cuando ostentemos la coordinación de la TDE. El ABP exige crear un ambiente flexible para el ensayo, el error y el juego con herramientas creativas, así como un entorno de comunicación confiable para generar un medio social en nuestras aulas.