Etiquetas-frontera
Es el título de una conocida película de David Monzón (2021), a su vez basada en la novela de Javier Cercas (2012) sobre la “cultura quinqui” en los años 70 y 80 del siglo XX. Nuestra democracia ha contribuido a desmontar algunas de esas leyes, pero no es oro todo lo que reluce. Recordad los barrios de donde procedemos muchos docentes, que no han desaparecido del territorio, ni han dejado de ser causa de marginación social, aunque nosotras y ustedes hayamos aprendido a escapar de ella.
Algo semejante podría decirse de las etiquetas ACNEAE.
La ley actual (LOMLOE), en su artículo 73, especifica que las dificultades de aprendizaje no son consecuencia de un catálogo cerrado de necesidades (NEE, NEAE), sino que evidencian la inadecuación del sistema educativo a la diversidad del alumnado: “Se entiende por alumnado que presenta necesidades educativas especiales, aquel que afronta barreras que limitan su acceso, presencia, participación o aprendizaje [...]”. Los efectos de dichas barreras no siempre se refieren a los resultados académicos, sino también a los procesos de socialización en el aula, como ocurre con las formas de acoso y ciberacoso que trazan fronteras visibles.