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Condiciones y ventajas del DUA en la evaluación

Evaluación DUA desde el inicio

REA para una evaluación DUA

El diseño de un proyecto ABP y sus procedimientos de evaluación —incluidas las rúbricas sobre el trabajo en equipo, el proceso y el producto final— en este curso nos proporciona el entrenamiento necesario para la programación de un aula DUA. 

De hecho, el esfuerzo por diseñar el proyecto atendiendo a la diversidad real en un marco DUA, desde el bloque 1, permite al profesorado tomar clara conciencia sobre las formas de aprender que debería recomendar a cada persona de acuerdo con sus capacidades y sus necesidades. Ponemos a disposición del alumnado rúbricas, mapas, guías y guiones, rutinas de pensamiento.

Como hemos recomendado desde el bloque 1, el modo de administrar nuestro tiempo para conseguirlo consiste en crear y reutilizar Recursos Educativos Abiertos (REA), con licencias CC. En este curso estamos suministrando ejemplos que os faciliten la tarea en cada uno de los apartados.

También están a la mano bancos de recursos donde encontrar tareas previamente diseñadas, aunque sea en otro formato, además de plantillas de evaluación: tareas y rúbricas del proyecto EDIA, ejercicios del proyecto REA Andalucía, situaciones de aprendizaje atómicas para el Aula del Futuro del INTEF. Adolecen con frecuencia de una evaluación adaptada al diseño de proyectos: una secuencia didáctica completa que conduzca a un producto final y un evento público, como estamos aprendiendo a diseñar, paso a paso. Sin embargo, están a nuestra disposición para adaptarlos a la lógica del proyecto y merecen nuestro agradecimiento en la misma medida: devolver los recursos que elaboremos al procomún.

Diálogo sobre un soporte material

La retroalimentación dialógica no excluye el uso de rúbricas, guiones y rutinas de pensamiento, que hemos descrito más arriba. En sentido contrario, la fabricación o la adaptación de dichas herramientas tampoco es suficiente, sin una relación cara a cara con el alumnado, que nos haga conscientes de su diversidad real.

Muchos colegas docentes nos preocupamos porque la memoria no acude a la llamada de la buena intención, a la hora de dar nombre y perfil a todo el alumnado que tenemos a nuestro cargo, en mayor medida cuando su número es mayor. No hay ninguna regla mnemotécnica que sustituya a un proceso de evaluación inicial auténtica, desde el comienzo de curso, como el que describiremos más abajo. La empatía debe apoyarse en recursos materiales y en procesos que refuercen nuestra memoria.

Relación de ayuda en educación

Se denomina relación de ayuda (Bermejo, 1998) a la competencia profesional de personas educadoras, trabajadoras sociales o sanitarias que han aprendido a escuchar de forma activa y a practicar la reformulación en una relación personalizada, donde también cabe la confrontación.

La ayuda no consiste, solamente, en mostrar compasión por otra persona. La mera compasión, con demasiada frecuencia, consiste en ocultar nuestros propios errores o carencias o camuflar la propia ansia de superioridad, usando como pantalla la emoción que nos embarga. De hecho, la falta de empatía se disfraza de compasión, cuando suplantamos el trabajo de otra persona en vez de ayudarla pacientemente a que se autocorrija.

Así pues, la ayuda eficaz en la evaluación se traduce como “ponerse en el lugar de otra persona para comprender las causas específicas de sus errores y recomendar pautas y estrategias de aprendizaje para corregirlos”, en palabras de Neus Sanmartí (2020). A lo largo del curso, semana a semana, tendremos ocasión de practicarla a través de una retroalimentación sana, como la que se ha descrito en el capítulo anterior.

Evaluación inicial auténtica: "Me importas tú"

Desde el bloque 1, a través de una tarea específica, hemos reconocido la necesidad de reconocer y acoger la diversidad real de nuestro alumnado. Sin embargo, no basta con "tenerlos en la cajita", como decía irónicamente Simone de Beauvoir. No somos coleccionistas de perfiles, sino que pretendemos educar en la empatía.

Desearíamos disponer del tiempo necesario para dialogar cara a cara con nuestro alumnado todos los días, así como para procurar que aprendan a escuchar a sus compañeras y colegas. No tenemos tanto, como consecuencia de una ratio irracional: paradojas. En consecuencia, habrá que utilizar el arte donde no llega la naturaleza.

Es perfectamente factible y deseable el diseño de un proyecto, al comenzar el curso, que tenga como principales objetivos facilitar la escucha activa entre el propio alumnado, comunicar los valores de la educación inclusiva y practicar el ciclo de los proyectos de mayor duración o complejidad, que introduciremos en el proceso del curso. 

Tales objetivos son los que caracterizan al proyecto Me importas tú. Puede adaptarse a distintos contextos según el nivel educativo y el centro, mientras se practican la entrevista, el retrato escrito y la mutua presentación oral, en el marco de la tutoría o de las materias de lenguas: 

Esos mismos géneros discursivos tienen cabida en cualquiera de las materias de la enseñanza obligatoria, el Bachillerato y la FP, si adaptamos el proyecto a las necesidades de nuestras respectivas materias. Podemos centrar la temática de las entrevistas y los retratos sobre nuestro conocimiento previo de las matemáticas, la geografía, la música o las fuentes renovables de energía, con el fin de crear un panel de lo que sabemos en Padlet o una colección en Wakelet.

Alumnado ayudante

Sobre esas bases materiales, tampoco supondrá un gran esfuerzo suplementario que acreditemos a alumnado voluntario para desempeñar el rol permanente de persona ayudante o mediadora. 

En el caso de que nuestro centro haya previsto un itinerario formativo para tales fines (cf. el programa oficial de Alumnado Ayudante y Mediación), habrá que aclarar los términos en que dicho alumnado actuará durante nuestro proyecto.

Tendremos que nombrar, al menos, a una persona con capacidad para la relación de ayuda en cada equipo, que no se identifique con la persona coordinadora, ni con ninguno de los roles rotativos. Su labor principal consistirá en acompañar y evaluar a cualquier persona con dificultades, preferiblemente dentro de su equipo, salvo que la ausencia de otra alternativa haga necesaria su ubicuidad.

Como sabemos por experiencia, el caballo de batalla en esa relación de ayuda será evitar que el alumnado ayudante suplante a sus pares y haga las tareas en su lugar, como ocurre de forma solapada con frecuencia, cuando la empatía se confunde con la mera compasión. Por el contrario, hay que hacer explícitos los modales y los modos de una retroalimentación auténtica:

1) Escucha sus razones, reformula sus dificultades: "Sientes que no has entendido nada, pero eres capaz de hacerlo. ¿En qué quieres que te ayude?"

2) No suplantes a la persona evaluada, ni encubras su pasividad

2bis) Ayuda a que se autocorrija, antes que / en vez de corregir el producto en su lugar

3) Proporciona las orientaciones específicas para que sea capaz de hacerlo

4) Si pone impedimentos a la ayuda con desagrado, confronta su actitud de forma respetuosa