Dimensiones de una evaluación auténtica
Especialistas de la talla de Miguel Ángel Santos Guerra (2007) y Neus Sanmartí (2020) nos han explicado las bases de la evaluación como aprendizaje. Partimos de una evidencia: evaluar es una forma de aprender en modo más intenso y más profundo. No solo nos enseña por medio del feedback, sino que nos ayuda a aprender mejor a través de la metacognición y la autorregulación. "Aprender a aprender" no es un mantra, sino una toma de conciencia para ejercer la autonomía personal, organizar y realizar un proyecto de vida.
Ese mismo objetivo era el que procuraba la Institución Libre de Enseñanza cuando formaba a su alumnado para que elaborase el aprendizaje en sus cuadernos de clase, en vez de digerir los saberes enlatados por los manuales. Nada que ver con cuadernos desmochados donde se consignan ejercicios del libro de texto, sino auténticos portafolios en que contener los saberes y sus historias como aprendices. No se tiran, sino que se guardan durante todo el proceso de educación obligatoria. ¿Cómo añadirles valor a ojos de sus autores: el alumnado?
1. “Recoger datos y documentar” (Sanmarti, 2020: 22, 59):
Portafolio
Por medio de un portafolio digital o en papel, con ayuda de carpetas digitales o en forma de página web y, todavía mejor, un blog personal, donde se pueda documentar y narrar el proceso de aprendizaje hasta la creación del producto final. Ejemplos:
- portafolio docente del proyecto Tu vida sin refugio,
- portafolios del alumnado en la barra lateral del blog de aula Los proyectos de Primero AZN,
- así como un blog de aula colaborativo: Planeta Tercero B
Primeras fases
En las primeras fases (inicial, investigación) del proyecto, el alumnado tiene que elaborar los contenidos, mientras se diseña el producto final. Sirven de ejemplo los portafolios personales del proyecto La lengua como teatro.
- contenidos nocionales: en forma de esquemas, tablas, mapas conceptuales y mapas mentales, mapas geográficos, líneas del tiempo, etc.
- contenidos procedimentales: en forma de guiones y guías de acción para crear el producto final y preparar el evento público (servicio, performance, instalación, museo, taller virtual, divulgación)
Fases de desarrollo
En las siguientes fases, hay que documentar el trabajo en equipo y exigir una rendición de cuentas individual, que impida el fracaso del grupo por desequilibrio en los roles y premie la ayuda mutua:
- cuaderno de equipo en el que consignar, a través de la persona secretaria, la tarea realizada por sus miembros, así como las faltas de cooperación o los conflictos generados para resolverlos a tiempo. Véase el ejemplo documentado por Mavensol, sobre cómo implementar el cuaderno de equipo desde 1.º ESO en el IES Ítaca
- diario de aprendizaje individual en sendas entradas del portafolio o en forma de comentarios a la entrega de la tarea, para documentar la tarea realizada y relatar el desempeño de los roles cooperativos (cf. infra)
2. “Analizar los datos para comprenderlos” (Sanmartí, 2020: 83)
...gracias a instrumentos claros, eficaces y cooperativos, como las rúbricas de evaluación (coevaluación y autoevaluación) y los elementos de que se componen.
"Criterios de evaluación"
...basados en objetivos de aprendizaje que traducen el currículo en tareas prácticas, de manera clara y sencilla.
Indicadores o descriptores
...de cuatro o cinco niveles de desempeño alcanzables en el ejercicio de las competencias clave y las competencias específicas, teniendo en cuenta el “perfil de salida” al que tendemos: los desafíos de nuestra época (LOMLOE, Anexo I)
“Contratos de evaluación”
...dado que las rúbricas se deben elaborar como una forma de compromiso entre docentes y alumnado, individualmente y en equipo.
Desempeño de los roles
En concreto, se deben describir los grados de desempeño de los roles cooperativos (rotativos en su mayoría), con ayuda de una rúbrica sobre el trabajo en equipo.
3. Aprender a autorregularse durante el proceso (Sanmartí, 2020: 35)
Dialogar las rúbricas
Las rúbricas no se fabrican, como la programación, para el consumo de inspectores en caso de reclamaciones, sino que se dialogan y se negocian con el alumnado en el grupo-aula, en el equipo y de forma individual, con ayuda del lenguaje fácil, el pensamiento visual y los pictogramas. Para ese mismo fin nos sirve de apoyo visual un portafolio web del proyecto.
Intervenir como docentes
...acompañando el proceso autónomo del alumnado para crear el producto final, en el que intervenimos como docentes por medio de guías y guiones, revisando borradores, y empujando a la autocorrección. ¿Cómo? Para eso nos sirven las herramientas digitales y, concretamente, los documentos compartidos en Google o los comentarios en las plataformas.
Instrucciones
...dando instrucciones en distintos formatos: oralmente, por escrito, en gráficos y viñetas, en tutoriales audiovisuales, de forma que sean coherentes entre sí. Cf. el portafolio del proyecto Comprender las escuelas del siglo XXI.
Guiones
...proporcionando un esquema cognitivo, una guía o una rutina de pensamiento que puedan usarse en distintos contextos, por parte de personas de diversa funcionalidad. Se pueden encontrar ejemplos en la Guía didáctica del proyecto Don Quijote en la era de los videojuegos.
Preguntas iniciales
Las preguntas iniciales con que se arranca el proyecto en la fase inicial, no solamente las propuestas por la docencia, sino todavía más las planteadas por el alumnado en un debate abierto.
Modelos
Modelos de esquema, mapa conceptual, línea del tiempo, etc., en un portafolio docente sobre el proyecto. Véase la Guía didáctica del proyecto EDIA Las lenguas que nos rodean.
Algoritmos
Guías de acción, algoritmos y diagramas de flujo, como en el ejemplo: distintas fases de la secuencia didáctica en Inventamos un Videotejuego.
Géneros discursivos: PLC
Guiones de distintos géneros discursivos, que se incluyan en el Proyecto Lingüístico de Centro (PLC), o, en su defecto, dentro de un Proyecto Lingüístico de Aula: entrevista, retrato, presentación, receta, tutorial, reseña, comentario. memorias, cuento, problema matemático, experimento, debate, discurso, géneros periodísticos, blog y microblog, gameplay, etc.
Rutinas cognitivas
Tablas comparativas o secuenciales: “veo, pienso, me pregunto” y otras rutinas cognitivas (cf. Rutinas de pensamiento, “Promover el pensamiento en el aula”).
Escalera de la metacognición: diario de aprendizaje
Diarios de aprendizaje con un soporte visual, preferiblemente un blog, que incorporen la “escalera de la metacognición” (Swartz e INED 21, 2017):
- qué sabes (evocar): “uso tácito”
- qué necesitas aprender (comprender): “uso consciente”
- qué puedes hacer para aprender (diseñar): “uso estratégico”
- qué puedes mejorar (evaluar), qué otras aplicaciones propones realizar (transferir): “uso reflexivo”
Proceso de borradores
...guiando el proceso de borradores hacia el producto final, a través de sucesivas correcciones, en las que intervengan distintos agentes: revisión por pares, autocorrección de principio a fin.
4. “Tomar decisiones”: “¡feedback, feedback y más feedback!” (Sanmartí, 2020: 111)
Los mejores soportes para retroalimentar
- el portafolio en forma de blog donde narrar y reflexionar, además de como carpeta donde documentar lo hecho, con la ventaja de que permite hacer comentarios a cada entrada. Véase el ejemplo: el “planeta de blogs” de 4.º ESO, IES Hipatia, 2017/18;
- un entorno virtual donde se programan tareas y se aprovechan espacios para retroalimentar en forma de comentarios a cada entrega.
Retroalimentación decente (sí, decente)
Centrada en la tarea en vez de sobre la persona, con empatía activa y con valor positivo, aunque bajo ciertas condiciones (cf. Hattie y Timperley, 2007):
- de una forma lo mejor adaptada que se pueda al perfil que nos haya ofrecido la evaluación inicial sobre cada aprendiz
- en un proceso de ensayo y error, asumido como “borrador” por el alumnado
- de manera respetuosa y sagaz, de acuerdo con la “escalera de la retroalimentación” (Proyecto Zero, Harvard)
Entre iguales
Retroalimentación entre iguales a través de varias acciones planificadas:
- coevaluarse por medio de una rúbrica, como Corubrics, siempre que sus iguales no se limiten a poner una calificación: hay que dar razón de la nota
- usar la rúbrica para conocer los criterios e indicadores, a partir de los cuales serán más útiles los comentarios de sus pares en un blog o en un documento
- promover el diálogo a través de actividades mutuales: corregirse entre sí, grabar mutuamente comentarios en audio o en vídeo
- practicar la relación de ayuda, lo que implica formar a alumnado ayudante o mediador para que aprenda a ejercer la empatía: ponerse en el lugar de otra persona y escucharla hasta entender su forma de pensar y, también, de equivocarse
Autocorrección: qué hacer para aprender mejor
Podemos y debemos dar pautas sobre cómo autocorregirse, aunque en buena medida sea más eficaz ofrecer modelos (esos que acabamos de describir más arriba):
- Guioniza una tarea antes de resolver el problema o el texto antes de escribirlo
- Utiliza una guía para la revisión de errores en los sucesivos borradores, que se puede preparar con ayuda de tus docentes: no solamente una rúbrica, también una check-list, como en el ejemplo: una guía de redacción personal
- Entiende, además de atender, las retroalimentaciones de docentes y pares más capaces sobre los sucesivos borradores, sin miedo a expresar tus dudas de una forma concreta
- Plantéate propósitos de mejora en cada fase de la tarea y llévalos a cabo durante la aplicación de lo aprendido en otros contextos: el servicio, la performance o la divulgación en un evento
Conclusión: evaluar para que nuestra organización aprenda
¿Conclusión o preliminares? Si todavía tienes dudas, escucha y lee argumentar a Miguel Ángel Santos Guerra (2007) sobre los principios de la evaluación como aprendizaje (y lo contrario): "No hagamos profecías de autocumplimiento". Los métodos de selección cultural, en nombre de la meritocracia, premian a los ricos y castigan a los más vulnerables. Impiden que el alumnado influya en el medio para adaptarlo a sus necesidades. Niegan el primer principio: el reconocimiento. En consecuencia, la evaluación auténtica debe servir para el aprendizaje, en primer lugar, del propio sistema que genera fracaso y de las prácticas docentes que lo provocan.
Una evaluación basada en los resultados no solamente suspende al alumnado, sino a los sistemas, los centros y sus profesionales. La respuesta no puede ser un aprobado general, como quieren sospechar los partidarios del actual estado de cosas, sino un cambio profundo de la política educativa y de la organización escolar, que ponga todo el énfasis en evaluar para que el alumnado aprenda. No basta con una rendición de cuentas al término del curso, como en los viejos exámenes de reválida.
Solo cuando asumamos la necesidad de evaluar nuestros procesos de enseñanza de forma participativa, ascendente y colegiada, en vez de jerárquica, descendente y solitaria, llegaremos a:
Coordinar acciones
Coordinar nuestras acciones en el equipo educativo, en las áreas y en los ámbitos, para lograr la inclusión de todo el alumnado, en vez de programar para satisfacer a la inspección, llenar un expediente digital o evitar reclamaciones.
Diseñar conjuntamente
Diseñar conjuntamente situaciones de aprendizaje en proyectos interdisciplinares, de forma habitual y no ocasional, con el alumnado además de con el profesorado.
Organizar equipos base
Organizar el aula en grupos cooperativos y heterogéneos, preferiblemente en equipos base, con suficiente estabilidad para que participen en las situaciones de aprendizaje como protagonistas y programadores.
Compartir la docencia
...para atender toda la diversidad en el aula.
Diálogo cotidiano
Superaremos el discurso de permanente acusación a las víctimas del fracaso escolar, característico de la mentalidad autoritaria, no para sustituirlo por una permanente justificación de la infancia, lo que es propio de una resignación permisiva. La alternativa es el diálogo cotidiano con el alumnado y en el equipo educativo acerca de los medios para atender la diversidad en el corto plazo y afrontar las dificultades más graves con medidas a largo plazo.