La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) fue creada el 31 de mayo de 1950 mediante un decreto del entonces Presidente Juan Domingo Perón con un objetivo: ser el soporte administrativo de las actividades del científico de origen austríaco Ronald Richter para desarrollar la producción de energía por medio de la fusión controlada de energía nuclear.
No obstante, la investigación se detuvo en septiembre de 1951 cuando el equipo encabezado por los científicos argentinos José Antonio Balseiro y Mario Báncora acusó al austríaco de fraude.
El documento que sustentó dicha acusación (y que dió cuenta de la imposibilidad del proyecto desarrollado en la Isla Huemul del lago Nahuel Huapi) fue el famoso “informe Balseiro” La CNEA, luego del affaire Richter, se dedicó a desarrollar las bases necesarias para la tecnología de reactores cubriendo todas las áreas científicas conexas.

Hoy en día, la Comisión organiza sus actividades de investigación y desarrollos científico-tecnológicos en cuatro áreas temáticas: la de energía nuclear, que se ocupa de todo lo relacionado con las centrales
y reactores nucleares (ingeniería, gestión, extensión de vida, desmantelamiento y exploración y producción de materias primas); la de aplicaciones de la tecnología nuclear (ciclo de combustible y radioisótopos y radiaciones); seguridad nuclear y ambiente (seguridad, salvaguardia, gestión tanto de residuos radiactivos como ambiental y la restitución ambiental de la minería del uranio); y finalmente el área de investigación y aplicaciones no nucleares (I+D en ciencias básicas y de la ingeniería en aplicaciones no nucleares).