Hay distintos tipos de residuos radiactivos:
1. Residuos nucleares de alta actividad compuestos por los elementos del combustible ganado: estos residuos se generan al gastarse el combustible. Cuando esto sucede se los extrae para ser almacenados temporalmente en una piscina de hormigón y paredes de acero
inoxidable con agua. 
2. Residuos nucleares de media actividad: son radionucleidos generados en el proceso de fisión nuclear. Con el tratamiento adecuado se separan los elementos radioactivos que contienen en estos subproductos y los residuos resultantes se depositan en bidones de acero
para que se solidifiquen con alquitrán, resinas o cemento.
3. Residuos nucleares de baja actividad: son herramientas, ropas y material diverso. Su tratamiento también implica introducirlos
en bidones de acero.

Por la Ley Nacional de la Actividad Nuclear, desde abril del 1997 la CNEA tiene la responsabilidad de gestionar los residuos radiactivos.
Aquellos de baja y media actividad así como también el combustible usado de los reactores de investigación se manejan en las  instalaciones de la Comisión en Ezeiza. 

Desmitificando al cuco 

Una vez que el residuo radioactivo es reprocesado, quedan únicamente 3m3 de residuos vitrificados, que equivalen a unos 28 m3 después de ser colocados en los correspondientes recipientes.
Comparado con los 400.000 toneladas de cenizas producidas por una central de carbón de la misma capacidad, esta cantidad es realmente
baja.