Generando desconfianza
La Gran Guerra fue consecuencia del Imperialismo, aunque también viceversa. Son fenómenos conectados que debemos entenderlos como un único proceso. Es la consecuencia de la Revolución Industrial, cuando las potencias europeas necesitaban materias primeras como nuevos mercados donde vender sus productos. A continuación, esto despertó las rivalidades propias de los que ambicionan los mismos ricos territorios y que hizo que todo el mundo buscara aliados para el inminente conflicto que se vislumbraba en el horizonte. Nadie lo quería pero todos lo esperaban.
Además, Europa se dividía en dos grandes bloques políticos que ambicionaban la imposición de su forma de ver el mundo:
- Los sistemas políticos democráticos, constitucionales y parlamentarios, que tenían un gran desarrollo gracias a la expansión del capitalismo propia del proceso industrializador y a los beneficios obtenidos por el Imperialismo. Los ejemplos más evidentes son la monarquía parlamentaria del Reino Unido y la república de Francia.
- Los regímenes autoritarios centroeuropeos, viejos imperios multinacionales más cercanos al Antiguo Régimen que a la democracia. Aquí estarían el Imperio Austrohúngaro y Alemania especialmente, que se había unificado y constituido como estado, industrializándose con enorme rapidez. Alemania buscó su posición en el reparto colonial, organizando la Conferencia de Berlín (1884-1885) que supuso un fracaso de sus expectativas. Alemania, por interés propio al igual que el resto de potencias, originó una serie de conflictos coloniales continuos que hicieron que el statu quo vigente saltara por los aires y estallara la guerra.
Ante el ruido de los tambores que anunciaban la guerra, se empezaron a tomar posiciones, a establecer un nuevo sistema de alianzas, a forjar estrategias y a invertir en armamento de manera acelerada. Es la llamada Paz Armada.