Es el documento por el cual un cliente le solicita a una empresa que se le suministre una mercancía o se le preste un servicio.
En el momento en el que se formaliza obliga al comprado y el vendedor queda obligado cuando lo acepta. Con la aceptación, el pedido, tiene las mismas implicaciones que un contrato.
Los pedidos se pueden formalizar por diferentes medios como, por ejemplo, email tienda online, teléfono, a través de comerciales, ...
Hay dos tipos de pedidos:
- Pedido en firme: es cuando ambas partes están de acuerdo en las condiciones ya sea porque se ha realizado un presupuesto anteriormente o porque se han negociado.
- Pedido condicional: es cuando el comprador pone unas condiciones que tienen que ser aceptadas por el vendedor. Si este lo acepta se convierte en un pedido en firme y en caso contrario se llama pedido nulo.
No hay una normativa que desarrolle el contenido mínimo pero son datos necesarios:
- Identificación de las partes
- Fecha de emisión
- Número de pedido
- Descripción y precio de las mercancías
- Condiciones: forma de pago, lugar de entrega, descuentos, plazos de entrega, gastos de desplazamiento (en caso de servicios)...
Cuando se emite o se recibe un pedido pueden surgir diferentes incidencias:
- Que el pedido se deniegue por no tener existencias suficientes o que no se puedan conseguir en la fecha requerida, por no poder cumplir las condiciones que quiere el cliente o porque los informes de solvencia sobre el cliente no sean favorables, es decir, porque la empresa tenga dudas de que el cliente pueda llegar a pagar.
- También pueden sufrir modificaciones antes de que salga la mercancía del almacén por ambas partes, tanto comprador como vendedor.
- Otra incidencia que puede surgir es la anulación del pedido por retrasos, calidad no esperada, errores, ... En estos casos pueden pactarse en el contrato las condiciones.