Un problema filosófico surge cuando aparecen dos visiones contrapuestas pero igualmente válidas sobre una misma situación. De este modo. una afirmación que se hace parece correcta; lo desconcertante es que la afirmación contraria también parece ser válida. En ese momento sabemos que estamos ante un auténtico problema filosófico.
Este tipo de problemas nos han acompañado desde los albores del pensamiento y ahí siguen, provocándonos la inquietud necesaria para que uno quiera volver a preguntarse lo que muchos otros hicieron antes de nosotros.
Veamos qué sucede con nuestra existencia vista desde dentro, desde nuestro fuero interno, y desde fuera.