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4.2.4.1. La obra teatral de Federico García Lorca

 
 Imagen en Wikimedia Commons de Aguijarro. Dominio público
Como su poesía, el teatro constituye la manifestación literaria de unas preocupaciones que obsesionaron a Federico García Lorca toda su vida. Esta manifestación dramática adoptó formas diferentes, que van desde los juegos líricos de las primeras obras, hasta las tragedias encarnadas por personajes femeninos, pasando por representaciones más subjetivas como ocurre con sus dramas surrealistas.
 
Primeras obras
 
Comedia rota del que quiere arañar la luna. Con estas palabras presenta Federico García Lorca El maleficio de la mariposa (1920). Es la primera obra y, a pesar del interés de Gregorio Martínez Sierra en que la componga para llevársela al escenario, el éxito no acompañará el estreno. Los 12 años que van desde El maleficio de la mariposa hasta Bodas de sangre enmarcan una serie de obras de muy diversa condición: desde Los títeres de cachiporra (1923),  hasta el surrealismo personalísimo que late en Así que pasen cinco años (1931) y El público (1933).
 
Entre ambos extremos dramáticos, Lorca compone un drama histórico, Mariana Pineda, de 1925, su primer gran éxito y unas cuantas farsas: Farsas para guiñol (Tragicomedia de don Cristóbal y la señá Rosita, de1923, y Retablillo de don Cristóbal, de 1931); y Farsas para personas (La zapatera prodigiosa, de 1929-1930, y Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, de 1929.
 
Obras surrealistas
 
Este ciclo se inicia con la composición de su diálogo dramático, El paseo de Buster Keaton (1925), obra menor que anticipa muchas de las situaciones que Lorca desarrollará en Poeta en Nueva York. El público aborda el problema de la autenticidad del teatro en estos años, con la diferencia entre la autenticidad propuesta por el nuevo teatro y el convencionalismo al que el público ha estado acostumbrado hasta este momento. Así que pasen cinco años, plantea grandes problemas por estar articulada en torno a presupuestos simbolistas muy complejos, basados en una absoluta arbitrariedad, muy difícil de asimilar por el espectador.
 
1934 marca su vuelta a la tragedia
 
En este contexto aparece la Trilogía de la tierra española: Bodas de sangre (1933) puede considerarse el primer éxito teatral de Lorca. Le siguió Yerma (1934), representada por la compañía de Margarita Xirgu y Enrique Borrás. A pesar de que confesó en varias ocasiones sus objetivos dramáticos en su última etapa, persiste el enigma de lo que pudo haber sido El drama de las bijas de Loth, obra con la que pretendía haber cerrado el ciclo de la tragedia y que no llegó a escribir.
 
Otras obras
 
Dos grandes piezas teatrales de Lorca son Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores (1935) y La casa de Bernarda Alba (1936), último documento teatral de García Lorca, cima de su proceso dramático y estilístico, y que su autor no pudo ver representada.
 

Actividad 1

Relaciona las siguientes fechas con las obras dadas:
  • 1920.
  • 1923.
  • 1925.
  • 1931.
  • 1933.
  • Bodas de Sangre:
  • Así que pasen cinco años:
  • El maleficio de la mariposa:
  • Mariana Pineda:
  • Tragicomedia de don Cristóbal y la señá Rosita:

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ESCENA V

Zapatera y Zapatero.

ZAPATERA. ¿Ha visto usted qué infamia? Yo le juro por la preciosísima sangre de nuestro padre Jesús, que soy inocente. ¡Ay! ¿Qué habrá pasado?... Mire, mire usted como tiemblo. (Le enseña las manos.) Parece que las manos se me quieren escapar ellas solas.

ZAPATERO. Calma, muchacha. ¿Es que su marido está en la calle?

ZAPATERA. (Rompiendo a llorar.) ¿Mi marido? ¡Ay, señor mío!

ZAPATERO. ¿Qué le pasa?

ZAPATERA. Mi marido me dejó por culpa de las gentes y ahora me encuentro sola sin calor de nadie.

ZAPATERO. ¡Pobrecilla!

ZAPATERA. ¡Con lo que yo lo quería! ¡Lo adoraba!

ZAPATERO. (En un arranque.) ¡Eso no es verdad!

ZAPATERA. (Dejando rápidamente de llorar.) ¿Qué está usted diciendo?

ZAPATERO. Digo que es una cosa tan... incomprensible que... parece que no es verdad. (Turbado.)

ZAPATERA. Tiene usted mucha razón, pero yo desde entonces no como, ni duermo, ni vivo; porque él era mi alegría, mi defensa.

ZAPATERO. Y queriéndolo tanto como lo quería, ¿la abandonó? Por lo que veo su marido de usted era un hombre de pocas luces.

ZAPATERA. Haga el favor de guardarse la lengua en el bolsillo. Nadie le ha dado permiso para que dé su opinión.

ZAPATERO. Usted perdone, no he querido...

ZAPATERA. Digo... ¡cuando era más listo!

ZAPATERO. (Con guasa.) ¿Siiii?

ZAPATERA. (Enérgica.) Sí. ¿Ve usted todos esos romances y chupaletrinas que canta y cuenta por los pueblos? Pues todo eso es un ochavo comparado con lo que él sabía... él sabía... ¡el triple!

ZAPATERO. (Serio.) No puede ser.

 
La experimentación de Lorca llega al teatro poético con La zapatera prodigiosa, obra en la que el poeta ya había perdido el miedo al público y quería jugar con temas graves, también tratados en obras como Yerma o Bodas de Sangre. Es una farsa de aspecto andaluz, pero que esconde, como todo en el poeta, los valores universales de las personas.

¿Sabías que...?

La vocación dramática del poeta granadino viene desde su infancia. Su hermano Francisco cuenta cómo invirtió sus pequeños ahorros para comprarse su primer juguete, un teatro diminuto, al que tuvo que dar vida componiendo obras propias, ya que el material disponible no se ajustaba a tablado tan pequeño. 
Este ambiente teatral se mantuvo durante años. En 1923 organiza Federico, en la casa de Granada, una función teatral en honor de su hermana Isabel; compuso para aquella ocasión una obrita titulada La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón, que parece perdida.

Para saber más

Una vida truncada la de Federico García Lorca, junto con la de Miguel Hernández, que posiblemente se hubiera convertido en uno de los escritores y artistas más importantes del mundo, como ahora ya lo es su mito. Aquí tienes un recurso sobre su teatro.