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Situaciones inclusivas de aprendizaje

LOMLOE: idoneidad del ABP

En la nueva ley de educación se recomienda el uso de metodologías didácticas que den lugar a “situaciones de aprendizaje” (RD 17/2022, art. 2.f, Anexo III), “significativas y relevantes” (id., Anexo I), en las que el alumnado se implique de forma experiencial, emotiva y racional:

[...] deben estar compuestas por tareas complejas cuya resolución conlleve la construcción de nuevos aprendizajes. Con estas situaciones se busca ofrecer al alumnado la oportunidad de conectar y aplicar lo aprendido en contextos cercanos a la vida real. Así planteadas, las situaciones constituyen un componente que, alineado con los principios del Diseño universal para el aprendizaje, permite aprender a aprender y sentar las bases para el aprendizaje a lo largo de la vida, fomentando procesos pedagógicos flexibles y accesibles que se ajusten a las necesidades, las características y los diferentes ritmos de aprendizaje del alumnado (RD 17/2022, Anexo III).

Todas las circunstancias que se describen coinciden con los parámetros del ABP, comenzando por la llamada a contextualizar la educación. Se nos pide que tomemos en serio las experiencias del alumnado y sus marcos culturales: su acervo lingüístico, sus identidades múltiples (multiétnicas, interculturales), sus preocupaciones sociales, éticas y ecológicas, su diversidad de género y sexual; y, por supuesto, sus conocimientos previos en la educación formal. 

Observa el diagrama circular de las situaciones de aprendizaje, según el curso de AVFP sobre la LOMLOE en 2022.

Servicio de Formación. Consejería de Desarrollo Educativo y FP. Infografía sobre las situaciones de aprendizaje (CC BY-NC-SA)
Canvas para diseñar un proyecto ABP
Conecta13: Miguel Ariza y Antonio Herreros. Canvas para diseñar un proyecto ABP (CC BY-NC-SA)

Como podrá comprobarse paso a paso en el bloque 2, el modelo de la Consejería de Desarrollo Educativo andaluza para describir gráficamente una situación de aprendizaje se asemeja al Canvas del Proyecto Mínimo Viable (PMV), que propuso en su momento Conecta13 para el curso ABP del INTEF.

El “centro de interés”

Coincide con la fase inicial en el diseño de cualquier proyecto. No obstante, se añade el consejo de que el primer paso para elegir su temática se dialogue con el alumnado como protagonista. No solo protagoniza su ejecución, sino que también influye en su concepción y puede modificar nuestro borrador de diseño.

Así pues, el arranque del proyecto, para que signifique un auténtico desafío, debe negociarse con el alumnado. De otro modo no se podría hablar de una situación de aprendizaje; es decir, aprendizaje situado en contextos reales que interesan a sus agentes.

Por mucho peso curricular, atractivo y relevancia que pueda tener a nuestros ojos la temática que tenemos en mente, necesitamos idear una narrativa y un escenario que lo hagan plausible y provoquen la intención de participar en el alumnado (Vergara, Aprendo porque quiero, 2015; Trujillo, Cómo hacer un proyecto, 2023, 9-10). Desde luego, no basta con ofrecer una subida de nota, ni son deseables los estímulos competitivos con que se confunde la gamificación, en detrimento de la cooperación. 

Muy de otro modo, la narrativa consiste en misiones reales —no en meras simulaciones—, que permiten a cada estudiante asumir un carisma: investirse de un rol apetecible, afrontar un conflicto dramático que pide resolución. Es fundamental que el proyecto no solamente se oriente a la creación de un producto, sino también a la realización performativa de una puesta en escena, una intervención en el medio o un servicio a la gente: un evento público.

La “justificación”

Nos empuja a preocuparnos por las actitudes y los valores. Implica que cualquier proyecto asuma los principios de la educación y los objetivos de la etapa:

  • se oriente a la consecución del perfil de salida de las enseñanzas básicas; en concreto, a uno o varios de los desafíos de nuestro tiempo: “el interés común, la sostenibilidad o la convivencia democrática” (RD 217/2022, Anexo III) 
  • promueva la mejora del desempeño de todas las competencias clave, de forma interrelacionada 
  • satisfaga los criterios de evaluación de una o varias competencias específicas en una o diversas materias, respectivamente

"Producto final"

La orientación hacia un “producto final” es la característica común de la especie que distingue al ABP en cualquiera de sus modalidades. 

No basta con elegir una temática: problema, reto, narrativa que implique al alumnado y lo movilice, sino que necesitamos proponer una práctica:

  • aprender haciendo,
  • producir de forma colectiva y cooperativa,
  • hasta presentar lo que hemos elaborado añadiendo valor de uso y conseguir un impacto público.

"Concreción curricular"

Una vez que hemos justificado los valores de nuestro proyecto, tenemos que describir su fundamento curricular:

  • algún o algunos descriptores operativos de todas las competencias clave que debe movilizar en su conjunto cualquier proyecto, para "merecer su nombre": revisad el perfil de salida de las enseñanzas básicas (RD 217/2022, Anexo I) y lo comprobaréis
  • criterios de evaluación de una competencia específica, si se trata de un proyecto a cargo de una sola materia (cf. RD 217/2022, Anexo II)
  • criterios de varias competencias específicas, si se trata de un proyecto de equipo educativo (en un mismo nivel y curso) o un proyecto de centro

“Transposición didáctica”

  1. Recursos para una cultura inclusiva 
  2. Agrupamientos para el aprendizaje cooperativo 
  3. Desarrollo de la competencia digital como instrumento 
  4. Secuencia de tareas ordenadas en fases, hasta un evento final de impacto público

Evaluación continua y formadora

Hay que procurar que incluya procedimientos para:

  • la autoevaluación 
  • la coevaluación 
  • una heteroevaluación facilitadora e inclusiva, basada en una retroalimentación constante, centrada en la tarea y, en concreto, sobre el proceso de elaboración del producto o de resolución del problema 
  • la evaluación del propio proyecto y de la actividad docente

Además de esta redefinición acorde con la LOMLOE, debemos asumir en primer plano tres condiciones para la mejora del diseño, que no constaban en el modelo original de Canvas ABP: 

a) La diversidad del aula como recurso, b) en el marco DUA y c) gracias a una cultura inclusiva de centro.

No basta con añadir tres casillas más. Las tres dimensiones requieren una explicación detallada en este curso y una reflexión particular durante el diseño de cualquier proyecto, que apenas hemos comenzado a hacer. Aun así, nos atrevemos a adelantaros nuestra versión de canvas para el ABP en el marco DUA, que describe una situación de aprendizaje que garantice la inclusión de todo el alumnado.

Situaciones inclusivas

Qué es una situación inclusiva de aprendizaje

¿Cuál es la diferencia de una situación inclusiva de aprendizaje? Más allá de los elementos antes comentados, nuestro objetivo consiste en propiciar que cada persona, en relación con el conjunto, realice sus metas: consiga elaborar el producto final e intervenga en el evento público con éxito.

Ese objetivo ineludible solo es viable en el marco DUA, pero también necesita de una organización escolar que demuestre la cultura inclusiva del centro: la comunidad de aprendizaje con una red de voluntariado social y pedagógico; agentes de educación social que intervengan en el día a día, además de servicios sociales desbordados, que actúan meses después de la necesidad.

Así pues, no es suficiente con diseñar en casa un proyecto. Hay que organizar una escuela con la comunidad educativa. Pues bien, un proyecto bien contextualizado en una programación coherente producirá recursos que hagan crecer la cultura inclusiva del centro: procedimientos, relaciones sociales, alianzas y compromisos realizados.

Trabaja en red: asóciate

La formación inicial en la docencia adolece de conceptos y prácticas de educación social que sería necesarias para lograr la inclusión. Hemos recibido ciertas nociones iniciales en otras ciencias de la educación: pedagogía, didáctica específica, psicología del desarrollo, social y cognitiva; sociología de la educación. Demasiadas veces parece más importante la burocracia educativa: leyes y reglamentos. No obstante, sería imposible entender los objetivos y los fines de una ley —sea la LOMLOE, sean las precedentes o postcedentes— sin dichas nociones.

Además, necesitamos la pedagogía crítica que nos cura el exceso de burocracia para enfocarnos en lo que importa: generar una auténtica escuela de aprendices (Marina Garcés, 2020), en la que todas y cada persona se sientan partícipes, y comprender la educación como práctica de la libertad (bell hooks, 1993).

De hecho, es posible incorporar agencias de educación social a nuestro trabajo diario, gracias a distintas fuentes:

  • las asociaciones sociales, las ONG educativas o los ateneos, que pueden aportar voluntariado social y pedagógico a nuestra comunidad de aprendizaje
  • el claustro virtual y las redes sociales de aprendizaje docente: basten como ejemplos el trabajo de Ingrid Mosquera (Marcelo García y Marcelo Martínez, coord., 2023, 137-159) y, desde los orígenes de los medios sociales, los proyecto colaborativos como El Barco del Exilio #RegresoFeminista
  • asociaciones de profesorado de todos los niveles educativos que planifican su formación e inciden en la política educativa, como el Colectivo DIME o el Foro de Sevilla Por otra política educativa
  • grupos y asociaciones de docentes innovadores, que intentan congeniar la tecnología educativa con la pedagogía, en distinta medida: Aulablog, EABE, Espiral
  • los sindicatos docentes, en la medida que ofrecen oportunidades de formación y afrontan los conflictos que genera un sistema disfuncional

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