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Vista de la Alhambra Cuadro deDarío de Regoyos en Wikimedia Commons |
El Modernismo hispánico tuvo dos áreas de desarrollo: América y España.
En América tomó un rumbo predominantemente esteticista. La poesía que se escribe es brillante, cromática y sensual, en armonía con el temperamento exuberante de aquellas tierras.
En España tomó dos caminos fundamentales: uno también esteticista, arraigado en el colorismo andaluz de los precursores, Reina, Rueda, Villaespesa y Manuel Machado, reafirmado tras la publicación del libro de Darío, Azul, en 1888, prologado por Juan Valera; el otro, que cuajó más hondo en el ser mismo del escritor, es el que bajo la tensión histórica del 98, se refugió en la sobriedad y descubrimiento castellano y articuló una poesía fundamentalmente forjada en la sencillez expresiva.