Lunas nuevas salen _ entre cielos de seda: guían a los hombres, _ aun cuando eje no tengan
Sólo con los rubios _ se deleitan mis ojos: ramos son de plata _ que echan hojas de oro. ¡Si besar pudiera _ de esas perlas el chorro! ¿Y por qué mi amigo _ a besarme se niega si es su boca dulce _y la sed me atormenta?
Es, entre jazmines, _ su carillo amapola. Rayas de jaloque _ y de algalia la adornan Si también añado _ cornalina, no importa No obra bien si espanta _ su galán la gacela, cuando de censores _ las hablillas acepta.
¿Con mi amigo Áhmad _ hay, decid, quien compita? Único en belleza, _ de gacela es cual cría. Hiere su mirada _ todo aquel a quien mira. ¡Cuántos corazones _ bien traspasa con flechas, que empenacha su ojo _ con pestañas espesas?
Mientras del amigo _ yo encontrábame al lado y le ponderaba _ mi dolencia y maltrato, ya que él es el médico _ que pudiera curarlos, vio el espía que, sin _ que nos diéramos cuenta, vínose a nosotros, _y le entró la vergüenza.
Cuánta hermosa moza, _ que de amor desatina, ve sus labios rojos, _ que besar bien querría, y su lindo cuello, _ y a su madre los pinta: ¡Mammá, 'ay habibe! _ so l-ymmella saqrella , el-quwello albo _ e bokélla hamrella.
(Madre, qué amigo! _ Bajo la guedejuda rubita, el cuello albo _y la boquita encarnada)
|