Saltar la navegación

CONTEXTUALIZAMOS Y LEEMOS UN DIÁLOGO

LEEMOS Y ESCUCHAMOS

ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

Lewis Carroll

La sonrisa del Gato se ensanchó todavía más: « Bien, parece contento pensó Alicia, y continuó.

—Minino de Cheshire — ¿podrías decirme, por favor, qué camino coger para salir de aquí?

—Eso depende en gran parte del sitio al que quieras llegar —dijo el Gato.

—No me importa mucho el sitio... —respondió Alicia.

—Entonces, tampoco importa mucho el camino que cojas —dijo el Gato. —... siempre que llegue a alguna parte —añadió Alicia como explicación.

—¡Oh, siempre llegarás a alguna parte —aseguró el Gato—, si caminas lo suficiente! A Alicia le pareció que esto no tenía vuelta de hoja y decidió hacer otra pregunta:

—¿Qué clase de gente vive por aquí?

—En esta dirección —respondió el Gato, haciendo un gesto con la pata derecha— vive un Sombrerero. Y en esta dirección —e hizo un gesto con la otra pata— vive una Liebre de Marzo. Visita al que quieras: los dos están locos.

—¡Pero yo no quiero estar con locos! —protestó Alicia.

—Oh, eso no lo puedes evitar —repuso el Gato—. Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca.

—¿Cómo sabes que yo estoy loca? —se sorprendió Alicia.

—Si no lo estuvieras, no estarías aquí —afirmó el Gato.

Alicia pensó que esto no demostraba nada. Sin embargo, continuó con sus preguntas:

—¿Y cómo sabes que tú estás loco?

—Para empezar —repuso el Gato—, los perros no están locos. ¿De acuerdo?

—Supongo que sí —concedió Alicia.

—Muy bien. Pues en tal caso —siguió su razonamiento el Gato—, ya sabes que los perros gruñen cuando están enfadados y mueven la cola cuando están contentos. Pues bien, yo gruño cuando estoy contento y muevo la cola cuando estoy enfadado. Por lo tanto, estoy loco. Entendemos el diálogo y lo analizamos.

 

Creado con eXeLearning (Ventana nueva)