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2. El corral de comedias. La dramaturgia de Lope de Vega

El corral de comedias. Rasgos principales

El corral de comedias 

Nos adentraremos en el corral de comedias de Almagro (Ciudad Real), conocido en todo el mundo por ser el único corral de comedias que permanece activo tal y como era hace varios siglos. En él, se siguen representado todos los años festivales y representaciones de obras teatrales, con las mejores compañías.

Wikimedia Commons/Carlos Delgado. Azulejo conmemorativo del corral de comedias de Almagro (CC BY-SA)

Y es que el siglo XVII vio el máximo desarrollo de la actividad teatral del Siglo de Oro en los corrales de comedias por su carácter comercial y popular. Gracias al éxito general de las representaciones teatrales estos lugares se convirtieron en verdaderos espacios de representación;  de ahí el título con el que aparece este recurso.

Los corrales de comedias fueron los primeros teatros estables en España, donde se representaban las obras de teatro durante el Siglo de Oro. Estos espacios eran populares en los siglos XVI y XVII y se situaban en los patios interiores de las casas, adaptados para albergar a grandes

Partes de un corral de comedias

El patio era el lugar donde  los hombres del pueblo, llamados mosqueteros, se situaban. Con sus silbidos o aplausos, eran los que hundían o levantaban la comedia.                                                                                                                              En la denominada cazuela, que estaba al final del patio en la primera planta, se situaban las mujeres.
Los palcos estaban situados en la primera planta y destinados a los nobles.
Los aposentos estaban justo debajo de los palcos y al lado del patio. Aquí se sentaban los burgueses.
El tablado o escenario se encontraba al fondo del patio. Éste solía tener una trampilla para acceder al foso, de donde podían aparecer personajes como el demonio. 
Un toldo tapaba el teatro a modo de tejado. Muchos de estos corrales de comedias estaban cubiertos por un toldo ya que se representaban de día para aprovechar la luz.

Las representaciones en los corrales de comedia 
La sociedad española de aquella época, como baluarte cristiano, estaba muy influenciada por el catolicismo. Y por ello, el calendario de las representaciones y cualquier acto político o lúdico venía marcado por dicha religión. Las representaciones teatrales daban comienzo en el Domingo de Resurrección y finalizaban el Miércoles de Ceniza. No había actividad teatral alguna durante el período de Cuaresma, y es que, cualquier actividad estaba prohibida y penada por la ley durante esos cuarenta días que marcaba la fe católica.


Las representaciones en los meses más fríos, que solían ser entre octubre y principios de mayo,  comenzaban a las dos del mediodía. Y en los meses más cálidos, de mayo a septiembre, a las cuatro de la tarde, eso sí, teniendo en cuenta la meteorología del momento. Todos estos espectáculos finalizaban en el ocaso, ya que al no existir aún la luz eléctrica, aprovechaban al máximo la luz solar.


Estructura de la función teatral:

En la Contrarreforma, la Iglesia y la Monarquía utilizaban cualquier excusa para hacer propaganda de su poder, mucho más visible en el arte de esta centuria y muy especialmente se mostraba en el teatro con las loas ya que con ellas se alababan a nobles o se daban mensajes teológicos. Estas loas aparecían al principio de la obra, antes del primer acto que le seguía después. Entre el primer acto o jornada y el segundo acto, se representaba el entremés (de ahí su nombre), que era una pieza de teatro cómico que se representaba dentro de una obra de carácter menos jocoso. Seguidamente, el segundo acto y después de éste, había jácaras y mojigangas, que eran unas danzas con mucho ruido y disfrazados de animales. Por último, se representaba el tercer acto  y acababa la obra con un baile final. 

Tanto los entremeses como las mojigangas y bailes buscaban la complicidad del público para complacerle y que olvidaran por algunos momentos sus necesidades más básicas que, debido a la decadencia española, obviamente en la mayor parte de la población no estaban cubiertas. Con ello, el teatro cumplía doble función: la función propagandística y la función lúdica.

Corrales de comedia en España 
Hasta finales del siglo XVI no existían en España espacios destinados a las representaciones teatrales. Debido a la gran popularidad que alcanzó este género, empezaron, sin embargo, a multiplicarse en las ciudades espacios fijos en los que se representaban las obras:

En 1526 ya existía en Valencia el corral de la Olivera.
En la ciudad de Barcelona el primer corral de comedias del que se tiene constancia estaba en Las Ramblas, donde se situaba el Principal palacio.
En la capital vallisoletana el corral más antiguo que se conoce era el llamado La puerta de San Esteban.
Respecto a Madrid los primeros corrales fueron: dos en la calle del Príncipe, el de la Pacheca y el de la Cruz, y el de la calle Sol.


En Sevilla, que, después de Madrid, fue la ciudad con mayor devoción por las representaciones teatrales, los corrales de comedias más antiguos fueron el de Atarazanas y el corral de Montería.

Sin embargo, si alguno merece mayor atención es el corral de Comedias de Almagro (Ciudad Real), ya que es el mejor conservado de España y de Europa. Es, asimismo, el único que permanece en activo tal y como era hace más de cuatrocientos años. La primera representación de la que se tiene constancia fue a cargo de la compañía de Juan Martínez en 1629.

Wikimedia commons/Carlos Delgado. Corral de comedias de Almagro (CC BY-SA) 

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