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1.1.2. Género y número

Reflexión

La profesora ha escrito en la pizarra estas palabras: mapa, pianista, criatura, mano, piano.
Pide a los alumnos que las separen en dos grupos según sean sustantivos masculinos o femeninos. George, rápidamente, los distribuye así:
  • Masculinos: mano y piano.
  • Femeninos: mapa, pianista, criatura.
Evidentemente, la respuesta no es correcta. ¿Qué crees que le ha sucedido a nuestro estudiante?
Fíjate atentamente en el comportamiento del sustantivo dentro de una oración:

Las alumnas estudiosas no participaron.

Alumnas: es una palabra variable, puesto que posee;

  • Género masculino (alumno) y femenino (alumna).
  • Número singular (alumno/alumna) y plural (alumnos/alumnas).

El resto de las palabras que lo acompañan deben adaptarse a él para que la oración sea gramaticalmente correcta. Obsérvalo en estos ejemplos:

Las alumnas estudiosas no participaron / La alumna estudiosa no participó / El alumno estudioso no participó

 

¿Sabías que…?

  • Las vocales también tienen plural: aes, es, ies, oes, úes.
  • Y las notas musicales: dos, res, mis, fas, soles, las, sis.
  • El plural de yo es yoes.
  • Si afirmas una vez, dices ; si lo haces más veces, son síes.
  • El plural de no es noes.

Reflexión

Imagen en Flickr de Garry Knight bajo CC
Lee con atención sendos textos sobre las diferentes posturas acerca del lengua sexista y el lenguaje inclusivo, mientras reflexionas sobre estos temas:
 
  1. ¿Crees que es necesario diferenciar en todos los sustantivos el género masculino y el femenino?
  2. ¿Consideras que el lenguaje es un instrumento de apoyo al sexismo?
  3. ¿Te parece mal que se distinga el género de las mujeres profesionales: minera, jueza, médica, etc.?
  4. ¿Podría ser útil el uso del morfema -e como marca del género inclusivo y/o no binario?

Ricardo Senabre, prestigioso filólogo, catedrático, crítico y ensayista, cuenta la anécdota que te transcribimos aquí. Su postura representa la de una generación de edad avanzada que se resiste a los cambios:

No hace mucho tiempo callejeaba yo por Buenos Aires cuando vi que había muchas personas que iban concentrándose en el extremo de una plaza y alrededor de un tingladillo al que acababa de encaramarse un individuo provisto de megáfono. Me acerqué con curiosidad y tuve la suerte de no perder ni una sílaba del discurso, cuyo brioso arranque, que me apresuré a copiar en un papel, era así: ‘Compañeros y compañeras: nuestros delegados y delegadas han hablado ya con los encargados y encargadas de todos los servicios para pedir que la media hora de pausa de los trabajadores y las trabajadoras coincida con la hora de ocio de nuestros hijos y nuestras hijas en el jardín de infancia de la empresa’. Confieso que me sentí consternado y [...] se me encogió el corazón.
La revista Pikara Magacine ofrece su contrapunto en defensa del lengua no sexista e inclusivo:

Hace unos meses la Universidad de Barcelona renunció al lenguaje inclusivo, porque dicen que el masculino no excluye ni a las mujeres ni a las personas no binarias.

¿Seguro?

Este ejemplo es de 1986, del libro Cómo se enseña a ser niña: el sexismo en la escuela, de Montserrat Moreno, recordado por Lucía Martínez Odriozola en un artículo posterior.

—Los niños que hayan acabado la tarea pueden salir al recreo— dice la maestra.
La niña, quieta en su pupitre.
—¿Qué haces? ¿Por qué no sales?
Y la niña aprende que cuando la maestra dice “niños”, también se refiere a ella, a pesar de que es niña. Pero en otra ocasión, la misma maestra dice:
—Los niños pueden ir ahora al lavabo.
Y cuando ella se levanta, la misma docente le pregunta:
—¿Qué haces? ¿Adónde vas?

Las palabras crean imaginarios y representaciones. “El efecto del masculino genérico refuerza las formas masculinas, y el uso del masculino universal produce imágenes mentales masculinas”, ha escrito Mercedes Bengonchea, sociolingüista feminista y catedrática de la Universidad de Alcalá de Henares. 

En el libro Pedagogías bárbaras se asume el uso del morfema -e como marca del género inclusivo, en alternativa al desdoblamiento de masculino y femenino, aunque sin negar su validez:

El uso del lenguaje no sexista y sus convenciones han sido criticados por su aparente disfuncionalidad desde las filas de la ultraderecha o de la academia que aprieta las filas con ella. Por ejemplo, el desdoblamiento de los géneros masculino y femenino, aunque sea necesario o conveniente, se reduce al ridículo, en general, a causa de ejemplos de uso mecánico, reiterado o impertinente. Conviene citar dos ejemplos paradójicos en la tradición castellana: «burgueses y burguesas» en el Cantar del Mío Cid, I, 18; «judíos y judías» en el Edicto de Granada (1492), cuando se les expulsó de forma indigna e inmoral. No querían dejar lugar a dudas con respecto a la población de Burgos y la audiencia del Cantar, ni tampoco acerca del alcance del daño decretado. Ojalá se rechazara esa pragmática excluyente de la alteridad como cualquier forma de discriminación por medio de convenciones lingüísticas. De otro modo, una parte de la generación más joven y entrada en el uso de la razón ha puesto en valor el morfema -e en distintos geolectos del español (Argentina y Chile, España), en lugar de fórmulas anteriores: la arroba, la x, como grafema y fonema de un género inclusivo y marca pragmática de cortesía en referencia a las personas no binarias. De tal manera se evita el escollo que representaban aquellos signos para los lectores digitales de textos, en beneficio de su accesibilidad, y se supera la polémica acerca del uso del masculino o del femenino como géneros no marcados. El morfema -e marca el género inclusivo (diferente del neutro en otras lenguas o en ancestros indoeuropeos) de forma positiva, clara y humanizadora, sin pedir disculpas por incluir. Les autores de este libro participamos de su sentido. Por eso lo usamos.

¿Cómo forman el género los sustantivos?
Generalmente, decimos que si un sustantivo termina en vocal -a es femenino (amiga) y si acaba en vocal -o, masculino (niño). Sin embargo, como todas las reglas, hay muchas excepciones, tales como mano, nao (femeninos), pijama, mapa (masculinos).
Además, la mayor parte de ellos tienen otra terminación: puente, calor, tren, bondad, exquisitez, maniquí, lápiz, nieve, etcétera.
En esta página puedes comprobar, mediante un ejercicio, las diferentes terminaciones de los sustantivos para formar el género:

Existen, además, otros procedimientos para crear el género. Para conocerlos, entra ahora en este enlace.
También puedes aprovechar para consultar en este momento nuestros ejercicios resueltos, centrados, en esta ocasión, en el estudio detallado del género en el sustantivo.

Importante

No uses la @ para representar la mezcla de masculino y femenino. Es un error ortográfico reprochado por la RAE.

Pero lo más importante es que ni la -x ni la arroba @ permiten la accesibilidad a personas ciegas o a quienes está aprendiendo la lengua con ayuda de un software de lectura (conversión de texto a voz, Text To Speech).

Si quieres representar el género inclusivo o nombrar a una persona no binaria, cada vez más gente promueve el uso del morfema -e / -es

Ejercicio de ejemplo

Explica los diferentes procedimientos para formar el género que se emplea en cada uno de los siguientes sustantivos:

  • Varón.
  • Barón.
  • Elefante.
  • Reloj.
  • Gato.
  • Gimnasta.
El número es la categoría que nos permite diferenciar el singular del plural. El singular no tiene una terminación propia.
Sin embargo, observa los distintos procedimientos de los que se vale nuestra lengua para formar el plural:
  • Casa/Casas: Vocal + s.
  • León/Leones: Consonante + s.
  • La tesis/Las tesis: Se necesita anteponer un determinante para saber si el sustantivo es singular o plural.

Pregunta de Selección Múltiple

Pregunta

¿Cuáles de estas afirmaciones sobre el nombre son verdaderas?

Respuestas

a) Expresa las cualidades de los objetos.

b) Sirve para designar elementos de la realidad.

c) Es una palabra invariable.

d) Su género y número dependen de las palabras que lo acompañan.

e) Posee un género y un número propios.

Retroalimentación

Actividad de Espacios en Blanco

Completa el siguiente texto sobre la formación del género en el sustantivo:

Banco de palabras: significado, terminación, femeninos, determinante, lexema, heterónimos.

Habitualmente, los sustantivos que terminan en -a son , aunque hay muchas excepciones. Hay nombres que son masculinos o femeninos sin que tengan una específica para diferenciarlos. En ocasiones, recurrimos a un distinto, en cuyo caso hablamos de . Ciertos sustantivos precisan de un para establecer el género, como es el caso de mártir. El uso de un sustantivo en su forma masculina o femenina puede traer consigo un cambio de .

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Para saber más


En esta otra página encontrarás todos los procedimientos del castellano para formar el número.

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