En 1810 se disolvió la Junta Central y se reunieron en Cádiz unas Cortes no estamentales que asumieron la soberanía nacional. Dominadas por los liberales, las Cortes de Cádiz abolieron los señoríos y la Inquisición, la tortura y las pruebas de limpieza de sangre para acceder a los cargos públicos.
La Constitución de 1812 fue la obra más importante de las Cortes de Cádiz:
Se promulgó el 19 de marzo de ese año.
En ella se reconocieron la soberanía nacional, la división de poderes y el sufragio indirecto.
Representó la adaptación de las ideas liberales a la situación española, y sirvió de modelo para posteriores constituciones, no sólo de España sino de otros países europeos.
También en 1812, España inició con la ayuda de las fuerzas británicas dirigidas por el duque de Wellington (1769-1852) una gran ofensiva contra las tropas francesas, venciéndolas en Arapiles (Salamanca), lo que obligó a José Bonaparte a huir de España.
En 1813, el ejército hispano-británico al mando de Wellington triunfó en las batallas de Vitoria (julio) y San Marcial (agosto). Napoleón retiró sus fuerzas de España y, por el tratado de Valençay, devolvió el trono a Fernando VII .