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1.3.6.1. Clases de géneros de opinión

Deberías saber que los géneros de opinión más importantes son:

  • El editorial.
  • El artículo.
  • La columna.
  • Las cartas al director.
Aunque no son, propiamente, géneros periodísticos, la portada y la primera página también manifiestan la opinión de la empresa o del grupo editorial, según los asuntos que resalte, los titulares y las columnas que les dedique o su ubicación en la página. Por tanto, recuerda que nada es inocente en la comunicación.
El editorial
Manifiesta la postura o línea ideológica del medio o de la empresa editora. Lo escribe la dirección de la empresa y va ubicado siempre en el mismo lugar, y de forma destacada y fácilmente identificable; a veces en un recuadro y, a menudo, incluso con letra diferente. Una de sus caractarísticas más definitorias es el hecho de que no va firmado. Su contenido admite puntos de vista sumamente personales y subjetivos. Su estilo es claro, convincente y al ser posible, brillante. Lo que pretende es orientar y crear opinión entre los lectores.
 
Imagen de micora en Flickr bajo licencia de CC
El artículo y la columna
Su principal característica que los diferencia del editorial es que van firmados. El artículo es más largo. La columna es un texto alargado y estrecho (de ahí su nombre). Los temas que plantean tanto el artículo como la columna son libres y es frecuente enfocar los temas que se comentan con ironía y humor, pero siempre desde un prisma muy subjetivo en el que queda patente la opinión del autor o autora.

Un tipo especial de artículo es el que se denomina colaboración, que realiza una persona que no pertenece a la plantilla del periódico. Los distintos medios "fichan" a personajes relevantes del mundo de la cultura, de la política, economía..., para contar con su análisis de forma más o menos fija.
 
Imagen de barmala en Flickr bajo licencia de CC

Las cartas al director
Sin duda es la gran sección de opinión de los lectores y el público. Aunque se llaman cartas al director, su destinatario real es el público en general. Van firmadas para poder identificar siempre al que las escribe. Y han de ser breves para poder incluir varias cada día. Es una de las secciones más leídas, porque el lector encuentra en ellas los temas más variados y cercanos, expuestos por personas como él y no por profesionales del periodismo.
 
Imagen de Gonmi en Flickr bajo licencia de CC

Actividad 1

Lee este texto y trata de identificar a qué género de opinión pertenece.

¿Para qué sirven tantos organismos?

PLÁCIDO CABRERA IBÁÑEZ - Jaén - 13/04/2011

 

Hace unos meses, se trataba de Grecia; hace unas semanas fue Irlanda y hace unos días ha sido Portugal. Todos estos países se han visto necesitados de acudir en ayuda financiera. Se trata de países de la Unión Europea, y todos pertenecientes a la zona euro. No llego a entender bien que el Banco Central Europeo, la UE y el FMI no hayan previsto con mucha más antelación, soluciones para que estos países no pudieran llegar nunca a esta situación y haber evitado o reducido su alto coste. Pienso que es necesario que estas instituciones tomen las medidas oportunas para evitar que estas situaciones continúen produciéndose en el futuro en otros países europeos.

Actividad 2

Lee este texto y trata de identificar a qué género de opinión pertenece.

 

Del fumar

 MARUJA TORRES 21/10/2010

Soy una ex fumadora tranquila. Si alguien me pregunta si me molesta que fume delante de mí, o en el salón de mi casa, le respondo que no, y espero de su buen sentido que no me atufe insistentemente la vivienda ni el ropero, que comprenda que no finjo la tos que me entra en seguida e imagine que me pasaré la noche tosiendo. No añoro el cigarrillo, de modo que ver fumar no me tienta. Pero respeto el derecho de cada cual a su espacio -odio la palabra "cubículo"-, a hacer lo que quiera mientras no perjudique a los no fumadores.

Legislar eso está bien: pero no más. Me parece razonable no ser fanático: "¡En mi casa no se fuma!". Pues no. En mi casa no se asesina ni se roba ni se tortura ni se pega ni se calumnia y, a ser posible, no se miente. Si alguien quiere fumar, fuma. Sin prender un pito con la colilla del otro, claro.

¿Llegará un día en que tendré que ir a declarar a comisaría porque en mi comedor han hallado refugio algunos indeseables que pretendían prolongar el placer de la comida y la compañía encendiendo un cigarrillo? Llegará un día, me temo.

No son apestados. Y no son equivocados con derecho a redención. No estoy en contra de las leyes que prohíben con eficacia la pena de muerte, por ejemplo, pero sí me opongo a la oleada de buenapensancia que nos cubre hasta por encima del cuello. Un bien pensar que no se extiende, por ejemplo, a prohibirle a Díaz Ferrán que contamine con su ejemplo a los empresarios.

Habría que intentar convivir. Pues si lo hacemos con las fábricas de tabaco y los bufetes de abogados que las apoyan, y con los vendedores de cajetillas, y con los beneficiados por los impuestos que generan los fumadores, no sé por qué no tenemos que ser amables con sus víctimas, los fumadores mismos.