Se conoce como andaluz o hablas andaluzas a la variedad del español meridional hablado en la Comunidad Autónoma de Andalucía. El andaluz posee unos rasgos que le son propios, pero no son exclusivos porque, en realidad, los comparte con el resto de hablas meridionales. Sin embargo, es cierto que algunos de ellos pueden ofrecer soluciones propias en diferentes zonas andaluzas. Los rasgos más destacados son los siguientes:
■ Seseo y ceceo: en amplias zonas de Andalucía no se distinguen s y z: "pozo"/"poso", "caza"/"casa"… Encontramos diferentes soluciones: el seseo, el ceceo, el heheo…
• Seseo [s] ([póso] para «pozo» y «poso»). Ocupa: el norte de Huelva, el norte de Sevilla, gran parte de Córdoba, el centro de Jaén y el oeste de Granada. El centro de la capital sevillana también «sesea». Un tercio de la población andaluza es seseante. En grandes ciudades como Sevilla y Cádiz es variante tan prestigiada como la distinción de s y z. En las zonas seseantes puede darse la distinción, pero no el ceceo.
• Ceceo [z] ([pózo] para «pozo» y «poso»). Ocupa el sur de Huelva, la provincia de Cádiz, el sur de la provincia de Sevilla, de Málaga y hasta Roquetas (Almería). El ceceo es menos numeroso y menos prestigiado que el seseo.
Existen otras posibilidades de articulación, como son: el heheo (articulación aspirada de cualquiera de los fonemas /s/ y /z/: "coha" «cosa», "plaho" «plazo») y el ceseo o seceo (confusión indiscriminada y anárquica de ambos fonemas: "serveza-cervesa", "seniza-cenisa"…). Ambos fenómenos se consideran vulgares y se hallan en fuerte retroceso.
■ La diferenciación entre s y z se mantiene en las zonas más septentrionales y parte de Andalucía oriental. Aproximadamente distinguen s y z un tercio de la población andaluza. Es la solución más prestigiada. Se halla en aumento entre la población joven con estudios.
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Distribución geográfica del seseo y del ceceo.
■ Caída de consonantes sonoras intervocálicas /b, d, g/. Este rasgo cada día se extiende más por toda la geografía española, pero en Andalucía afecta también a los participios de la tercera conjugación: "sabío", "partío", "querío", "reñío", "subío"…).
■ Pérdida de la –s en posición implosiva o final, que puede dar lugar a la aspiración (“pehca”/”pesca”) o a la abertura vocálica (“casah”/”casas”).
■ Yeísmo: se pierde la oposición ll/y. La /ll/ pasa a realizarse como la /y/: "yamar/llamar", "poyo/pollo."
■ Neutralización de /r/ y /l/ finales: en posición final de palabra tienden a confundirse estos sonidos, aunque presenta diferentes resultados:
• En el oeste se articulan ambos sonidos como [-r]: "arto", "curpa", "farda", "mi arma"… Y en final de palabra se suele perder: "papé", "cantá", "arbañí"…
• En la zona oriental se suele articular como [-l]: "calne", "Encalna", "pelcha"… Se trata de una variante poco prestigiada y que está en retroceso.
■ Ausencia de leísmo y laísmo: en general el andaluz utiliza las formas lo, la, los, las para el complemento directo y las formas le y les para el complemento indirecto. El leísmo de persona para el complemento indirecto ("Le quiere" por "Lo quiere") aumenta entre los jóvenes.
■ Léxico: la mayor parte del léxico andaluz pertenece al tronco común del español. No obstante, sí existen andalucismos léxicos, al igual que otras hablas españolas poseen vocablos que les son característicos. La mayoría de los andalucismos son términos que pertenecen a antiguas formas de vida (campo, oficios, objetos…). Por eso, muchos de ellos se hallan en retroceso o a punto de caer en desuso. Muchos de ellos no se emplean en toda la región y muchos provienen de otras zonas peninsulares: alacena, alcancía, candela, revenío...