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Introducción

fenomenos luminosLa naturaleza de la luz ha intrigado a la humanidad desde los tiempos más remotos. A lo largo de la historia se han dado múltiples interpretaciones sobre su naturaleza.

Una de las más curiosas la dio, en el siglo VI a.C., el gran filósofo y matemático griego Pitágoras, al pensar que la luz salía de los ojos.
Pitágoras creía que la visión de los cuerpos se producía porque los ojos emitían una especie de rayos de luz que, a modo de tentáculos, se propagaban hasta los objetos, y que, al tocarlos, se producía la sensación de la visión.

Si enciendes una linterna y diriges la luz hacia la pared:

  • ¿Existe luz en la pared? ¿De dónde procede?
  • ¿Observas luz entre la linterna y la pared? Si espolvoreas ahí polvo de tiza como en la fotografía de la derecha, ¿qué se observa?
  • Sustituye la linterna por una per­sona que mire a la pared, y repite lo anterior para comprobar si los rayos que salen de sus ojos iluminan la pared.

Suponemos que habrás refutado la hipótesis de Pitágoras y confirmado que:

  • La luz se origina en los cuerpos incandescentes.
  • La luz no se capta cuando se propaga, sino solo cuando interacciona con la materia.
  • Los ojos no emiten nada; solo captan la luz que reciben.

Casi en los comienzos de la ciencia, en el siglo XVII, dos grandes científicos discutieron sobre su naturaleza sin ponerse de acuerdo: Huygens y Newton.

  • La teoría ondulatoria de Huygens. Según Huygens, la luz se asemejaba al sonido y, por tanto, debía ser una onda, aunque de distinta naturaleza. Con su teoría pudo explicar casi todas sus propiedades, incluso la razón por la que los rayos de luz pueden cruzarse sin chocar ni estorbarse unos con otros.
  • La teoría corpuscular de Newton. Newton no admitía que algo que se propaga en línea recta pudiera avanzar vibrando como una onda, así que pensó que la luz estaría compuesta por unas finas partículas que se movían en línea recta a altísimas velocidades. Había partículas de los distintos colores del espectro: rojas, amarillas, verdes, azules y violetas.

Con esta hipótesis explicó la mayor parte de las propiedades de la luz, como, por ejemplo: Su propagación rectilínea, su dispersión en los prismas, su reflexión en los espejos.

Pero no pudo dar explicaciones satisfactorias a:
Las interferencias, que él mismo había descubierto en los llamados «anillos de Newton», donde sucedía que, a veces, «luz + luz = oscuridad». Pero, casi todos los científicos aceptaron las ideas de Newton y se olvidaron las de Huygens.

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