1. Educación financiera y economía doméstica
Una buena planificación de la economía doméstica es esencial para alcanzar la estabilidad financiera, reducir el estrés y mejorar la calidad de vida. Al gestionar eficazmente los ingresos y gastos, las personas pueden cubrir sus necesidades básicas, disfrutar de momentos de ocio y ahorrar para el futuro, lo que les permite enfrentar emergencias y alcanzar objetivos a largo plazo como la compra de una casa o la jubilación.
Por otra parte, una buena educación financiera empodera a las personas para tomar decisiones informadas sobre sus ingresos, gastos, ahorros e inversiones, lo que conduce a una mayor estabilidad financiera y más libertad de elección. Al entender cómo gestionar eficazmente sus recursos, las personas pueden planificar para el futuro, evitar deudas innecesarias, y aprovechar oportunidades de inversión que incrementen su patrimonio.

Algunos criterios recomendables para elaborar un presupuesto económico familiar son:
- Estimar los ingresos mensuales: calcular cuánto dinero entra al hogar de forma fija (sueldos, rentas, etc) y variable cada mes.
- Priorizar los gastos: distinguir entre gastos fijos (alquiler, servicios básicos, etc), variables (alimentación, transporte, etc) y discrecionales (ocio, suscripciones, etc). Priorizar cubrir primero los gastos fijos y necesidades básicas.
- Analizar gastos actuales: revisar en qué se gasta actualmente el dinero, para identificar posibles recortes en gastos innecesarios.
- Establecer objetivos de ahorro: fijar cuánto se quiere/puede ahorrar al mes, para tener un fondo para emergencias y objetivos a futuro.
- Contemplar opciones para aumentar ingresos: encontrar maneras de generar ingresos extra si los actuales no alcanzan para cubrir los gastos y ahorros.
- Hacer seguimiento periódico: revisar mensualmente cómo va el presupuesto y hacer ajustes en caso de desvíos.
- Ajustar a inflación y cambios en la familia: actualizar periódicamente el presupuesto ante cambios en los precios e ingresos.
Aunque no existe una fórmula exacta para elaborar un presupuesto que sirva para todos los casos, ya que cada familia y situación es diferente, lo fundamental es cubrir primero los gastos fijos y variables, luego ahorrar y limitar los gastos discrecionales. Hacer un seguimiento mensual del presupuesto permite hacer ajustes en caso necesario.
El siguiente video aborda la regla 50/30/20 como un sistema simple para manejar el dinero. Divide los gastos en tres grupos: gastos básicos (50%), gastos personales (30%) y ahorro, inversiones y pago de deudas (20%).
Aquí tienes un ejemplo de un presupuesto doméstico basado en la regla 50/30/20, adaptado a un ingreso neto mensual de 1500€. Este presupuesto es solo una referencia y puede necesitar ajustes según las circunstancias personales.
Ingresos Netos Mensuales: 1500€
Gastos Básicos (50% del ingreso neto)
- Vivienda (alquiler o hipoteca): 500€
Servicios públicos (agua, electricidad, gas): 75€
Alimentación: 150€
Transporte (gasolina, transporte público): 50€
Seguro médico: 75€
Pago mínimo de deudas: 50€
Otros gastos esenciales (medicamentos, etc.): 50€ - Total de Gastos Básicos: 950€ (63% del ingreso neto)
Gastos Personales (30% del ingreso neto)
- Ropa y calzado: 50€
Entretenimiento (cine, restaurantes): 50€
Electrónicos y gadgets: 25€
Gimnasio o actividades recreativas: 25€
Otros (salidas, hobbies): 50€ - Total de Gastos Personales: 200€ (13% del ingreso neto)
Ahorro e Inversiones (20% del ingreso neto)
- Fondo de emergencia: 150€
Inversiones (acciones, fondos mutuos): 100€
Ahorro para objetivos a largo plazo (casa, educación): 50€ - Total de Ahorro e Inversiones: 300€ (20% del ingreso neto)
Resumen:
- Total de Gastos Básicos: 950€
Total de Gastos Personales: 200€
Total de Ahorro e Inversiones: 300€
Ingreso Neto - Gastos Totales: 1500€ - (950€ + 200€ + 300€) = 50€ (sobrante)
Este presupuesto es solo un punto de partida y puede ajustarse según las necesidades y objetivos.