Pero si hay alguien que representa el nuevo espíritu, ese es Garcilaso. Él es el modelo del perfecto caballero renacentista. Y así lo admite en un fragmento de su Égloga III.
En tanto, no te ofenda ni te harte tratar del campo y soledad que amaste, ni desdenes aquesta inculta parte de mi estilo, qu'en algo ya estimaste; entre las armas del sangriento Marte, do apenas hay quien su furor contraste, hurté de tiempo aquesta breve suma, tomando ora la espada, ora la pluma. |