LEEMOS Y ESCUCHAMOS
Taobó y la tortuga
Érase una vez un pescador que se llamaba Taobó.
Un día, al volver a su casa, después de pescar, encontró una tortuga herida en la orilla del mar. Taobó se la llevó a casa, la curó y la cuidó.
Cuando la tortuga se recuperó, Taobó la llevo a la playa y la devolvió al mar.
Días más tarde, mientras Taobó estaba pescando en su barca, oyó una voz que venía del mar:
—¡Taobó, Taobó! Soy yo, la tortuga. Tú me ayudaste y quiero darte las gracias.
—No tiene importancia, solo hice lo que debía.
—No; te portaste muy bien. ¿Te gustaría conocer el fondo del mar? —preguntó la tortuga.
—Sí, eso sí —respondió Taobó.
—Pues sube sobre mi caparazón. Yo te llevaré hasta allí.
Y la tortuga se sumergió y llevó a Taobó a visitar el fondo del mar.
¡Cómo disfrutaba Taobó viendo peces, caballitos y estrellas de mar, algas y corales, pulpos y calamares!
Cuando terminó el paseo submarino, Taobó y la tortuga se despidieron. La tortuga regaló una caracola a Taobó y le dijo:
—Si algún otro día quieres volver conmigo al fondo del mar, frota la caracola y di:
Tortuga, tortuga, quiero ir al mar y contigo jugar.
Y Taobó prometió volver con ella en otra ocasión.
Desde aquel día, cada vez que Taobó se sentía triste porque echaba de menos a su amiga la tortuga, frotaba la caracola y pronunciaba aquellas palabras.
Tortuga, tortuga, quiero ir al mar y contigo jugar.
Y la tortuga volvía a buscarlo y los dos se iban a jugar al fondo del mar. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.