Saltar la navegación

ANTICIPAMOS Y LEEMOS UN CUENTO

ANTES DE LEER

1.Fijaos en que los cuentos son narraciones breves.

Si leemos el título del cuento, ¿podemos imaginar de qué trata?

¿Qué sabéis de las verduras?

¿Y de la alimentación sana?

LEE Y ESCUCHA

LAS JUDÍAS MÁGICAS

Tradicional

 Hace mucho tiempo, una mujer y su hijo Juan vivían en una humilde cabaña. No tenían quéllevarse a la boca y la madre estaba muy preocupada, porque lo único que les quedaba era Florita, su vaca.

Una mañana, con toda la pena de su corazón, la madre le dijo a Juan:

—Ve al mercado del pueblo y vende a Florita. Con el dinero que te den, compra alimentos para comer, al menos. unos días.

Con lágrimas en los ojos Juan cogió a Florita del ramal y se dirigió al pequeño pueblo.

A medio camino, se encontró con un labrador.

—¿Dónde vas chico?

—Al merado, a vender mi vaca.

El labrador miró la vaca.

—Nadie te la comprará. Está muy flaca, ya no debe de dar leche.

Y continuó:

—Yo te la puedo cambiar por esta bolsita de judías. Pero Juan le dijo:

—Hay muy pocas, apenas tenemos para comer mi madre y yo.

—No te preocupes, llévatelas. Son muy especiales

Y Juan cogió la bolsita de judías y regresó a casa. Cuando la madre vio la bolsita, exclamó desesperada:

—¡Pero,qué has hecho! Nos hemos quedado sin vaca, sin dinero y sin comida. ¡Con tan poquitas judías no tenemos para nada!

La madre de Juan abrió la ventana y arrojó las judías, que se desperdigaron por el suelo. Al día siguiente, cuando se asomaron a la ventana, vieron que allí donde habían caído las judías crecía una mata verde que se perdía entre las nubes.

Sin pensárselo dos veces, Juan trepó por la mata. Subió y subió hasta que su madre ya no lo  pudo ver más. Él continuó trepando, atravesó las nubes y llegó a una enorme casa. Un gigantesco ogro, con cara de pocos amigos, estaba sentado a la puerta. Tenía una gallina sobre las rodillas y la acariciaba diciendo:

—Gallinita pinta, repinta, de huevos de oro. un dos tres cuatro, sota, caballo y oro.

Después de oír estas palabras, la gallina ponía un huevo y otro, y otro, y otro— que brillaban como el sol, ¡Eran de oro!

Oculto en la mata, Juan esperó y cuando el ogro se hubo dormido, cogió la gallina y veloz como el viento bajó por la mata de judías y regresó a su casa.

—Ya verás mamá, qué pasa con esta gallina.

Juan dijo las palabras mágicas:

—Gallinita pinta, repinta, de huevos de oro, un dos tres cuatro, sota, caballo y oro. Al instante, la gallina puso cuatro huevos de oro. Asombrada y contenta, la madre los vendió en el mercado y con el dinero obtenido, pudo comprar alimentos. Así, gracias a la gallina nunca más, volvieron a pasar hambre Y cuentan que fueron felices y comieron perdices y a mí no me dieron, porque no quisieron.

LEE Y VISUALIZA OTRAS VERSIONES

Creado con eXeLearning (Ventana nueva)