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Lee este fragmento de Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez, e indica las respuestas correctas.
CARNAVAL
Juan Ramón Jiménez
Era lunes de Carnaval. Los niños se habían disfrazado de toreros, de payasos, y le habían puesto a Platero adornos bordados, en rojo, verde, blanco y amarillo, como si fuera un caballo de un caballero moro.
A ratos llovía, a ratos hacía sol, pero siempre hacía mucho frío. Los papelillos redondos de colores iban rodando por la acera, llevados por el viento frío de la tarde. En Moguer todo el mundo iba disfrazado, y la gente se escondía las manos heladas donde podía.
Cuando llegaron Juan Ramón y Platero a la plaza, unas mujeres vestidas de locas, con largas camisas blancas, con coronas de hojas verdes en los cabellos, cogieron al burrito, lo pusieron en medio y, cogidas de las manos, bailaron alrededor de él.
Platero no sabía qué hacer, levantaba las orejas, la cabeza, y como si fuera un escorpión rodeado por el fuego, intentaba, nervioso, encontrar un hueco por donde huir. Pero, como era tan pequeño, las mujeres disfrazadas de locas no le tenían miedo y seguían cantando, riendo, dando vueltas a su alrededor.
Los niños, al verle prisionero, rebuznaban para que él rebuznase. Toda la plaza se llenaba de risas, de gritos, de rebuznos, de cantos. Pero Platero no se divertía nada; estaba asustado.
Por fin, decidido como si fuera un hombre, rompió el corro y se fue hacia su amo, trotando y llorando. Se le habían caído los adornos de colores, tan lujosos.
No le gustaron nada los Carnavales a Platero. Como no entendía el juego, le asustaba. A él le gustaba mucho más ir por el campo con su amo.