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TEMA 13 LENGUA

ESTRUCTURA DEL CUENTO

ESTRUCTURAS Y ELEMENTOS
Las narraciones se dividen en tres partes: introducción, nudo y desenlace.

En la introducción se dice dónde y cuándo ocurren los hechos y los personajes que intervienen.

Hace mucho, mucho tiempo en una selva lejana, vivían un mono bromista y un búho muy serio.

En el nudo se expone un problema, un obstáculo que hay que resolver.

El mono, que había gastado una broma pesada al búho, se cae en un profundo agujero.

Y en el desenlace se explica cómo se soluciona todo y cómo acaba el relato.

El búho rescata al mono y este promete no gastar más bromas pesadas.

 
ALGUNOS CONSEJOS
Para encontrar las partes de la narración, puedes buscar la respuesta a estas preguntas:

 Introducción

¿Cuándo ocurre?

 ¿Dónde ocurre?

¿Quiénes aparecen?

 Nudo

¿Qué problema o conflicto surge?

 Desenlace

¿Cómo se resuelve o termina?

ACTIVIDAD 1

LEE

Sara enseña un cuento de Gianni Rodari a Teo y le dice que no siempre hay que inventárselo todo. Algo real puede servir para escribir un cuento fantástico.

 

EL HOMBRECILLO DE LA LLUVIA

Gianni Rodari

Yo lo conozco, al hombrecillo de la lluvia. Es un hombrecillo pequeño y ligero, que vive entre las nubes y salta de una nube a otra sin desfondar su suelo de algodón suave y vaporoso.

Las nubes tienen muchos grifos. Cuando el hombrecillo abre los grifos, las nubes dejan caer el agua sobre la tierra. Cuando el hombrecillo cierra los grifos, la lluvia cesa. Tiene mucho trabajo, el hombrecillo de la lluvia, siempre abriendo y cerrando grifos, y a veces se cansa. Y cuando está muy cansado se echa sobre una nubecilla y se duerme. Duerme, duerme, duerme, y mientras ha dejado todos los grifos abiertos y sigue lloviendo. Por suerte, un trueno más fuerte que los demás lo despierta. El hombrecillo se despierta de un salto y exclama:

—¡Pobre de mí, a saber cuánto tiempo he dormido!

Mira hacia abajo y ve los pueblos, las montañas y los campos grises y tristes bajo la lluvia que sigue cayendo. Entonces se pone a saltar de una nube a otra, cerrando deprisa todos los grifos. Así que deja de llover, las nubes se dejan empujar hacia lo lejos por el viento y al moverse mecen suavemente al hombrecillo de la lluvia, que vuelve a dormirse.

Cuando despierta exclama:

—¡Pobre de mí, a saber cuánto tiempo he dormido!

Mira hacia abajo y ve la tierra seca y humeante, sin una gota de agua. Entonces echa a correr de una nube a otra para abrir todos los grifos. Y así siempre.


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